Julius Yego: en Kenia también se lanza

  • Julius Yego es el más claro ejemplo de que en Kenia también se lanza, que no todo en su atletismo son corredores, mediofondistas, fondistas y maratonianos.

José Antonio Pascual

Londres, 9 ago.- Julius Yego es el más claro ejemplo de que en Kenia también se lanza, que no todo en su atletismo son corredores, mediofondistas, fondistas y maratonianos.

Todo el mundo conoce a las grandes figuras del mediofondo y del fondo keniano. David Rudisha, plusmarquista mundial de 800, es la referencia del momento. Pero la lista, históricamente, es inagotable.

Yego, nacido el 4 de enero de 1989, se ha rebelado a la tradición de los corredores de su país. Es un extraño en el paraíso del corredor.

Él ha optado por el lanzamiento de jabalina. Se dice que, ante la falta de técnicos cualificados en su disciplina, ha utilizado vídeos de internet para perfeccionar su técnica.

Y los resultados no han podido ser más espectaculares. El pasado 1 de julio se proclamó en Porto Novo campeón de África con una marca de 76,68 metros, y en Londres ha logrado entrar en la final de jabalina, en toda una final olímpica, con 81,81, nuevo récord keniano.

En tres años ha mejorado su marca en siete metros. Su último lanzamiento de la clasificación, además, le permitió entrar con la novena marca.

Toda una revelación para el atletismo de su país y quizá del mundo. Con su juventud parece claro que tan solo puede progresar y crecer para instalar a su país en la lucha de especialidades en las que nunca ha destacado.

El triunfo en los campeonatos continentales le convirtieron en el primer keniano en ganar la jabalina y ahora ha vuelto a romper moldes para sorpresa generalizada.

Yego se fijó desde muy joven en todo un mito como el checo Jan Zelezny, multicampeón mundial y olímpico, del noruego Andreas Thorkildsen y otras figuras universales de esta disciplina como el finlandés Tero Pitkamaki.

Comenzó en el colegio a practicar jabalina y con quince años fue cuarto en el Campeonato nacional júnior, lo que le motivó para dedicarse con más intensidad y dedicación, aunque, como otros muchos atletas de su país, decidió enrolarse en la Policía.

No tardó en subirse, en 2010, al podio en los Africanos de Nairobi con un bronce con mejor marca personal (74,51) y la victoria en Porto Novo le abrió las puertas a una beca de la IAAF para permanecer escolarizado en Suecia y trabajar junto a entrenadores de jabalina.

También pudo asistir durante dos meses a otro centro, en Kuortane (Finlandia) e incluso a Bristol (Reino Unido) y al regreso a Kenia hizo la mínima olímpica B con un tiro de 79,95, que ha aprovechado de momento para estar entre sus grandes ídolos y pelear contra ellos en la gran final.

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