La afición del Brujas despide en pie a un hincha que acudió a ver a su equipo un día antes de morir

    • Después de 20 años enfermo de cáncer y 37 operaciones, el estadio Jan Breydel le despidió a grito del 'You'll never walk alone'.
    • Lorenzo Schoonbaert estuvo acompañado por su familia y el club puso todo a su disposición. Al día siguiente le practicaron la eutanasia.
V.G.


Ötenazi Kararı Alan Brugge Taraftarı, Son Kez...por haberler sss

Si usted es amante del fútbol seguramente haya leído o escuchado algún verso del 'Poema al fútbol', también conocido por 'Cómo vas a saber lo que es la vida, si nunca jamás, jugaste al fútbol'. En los últimos meses se ha popularizado gracias a las redes sociales y es muy recomendable su lectura si todo en su vida gira en torno a un balón.

La historia de Lorenzo Schoonbaer es la de amor a unos colores por encima de todo, los del Club Brujas, el segundo equipo más laureado de Bélgica. Este aficionado tiene una historia muy especial. Sufrió un accidente laboral hace 22 años en el que se fracturó varias vértebras, los médicos le colocaron un anillo gástrico para que pudiera comer y disfrutar de una vida normal, pero el material del que estaba hecho el anillo resultó ser cancerígeno.

Convivió con un cáncer durante 20 años y siempre siguió incondicionalmente al Brujas, incluso en desplazamientos fuera de Bélgica. Fue intervenido en 37 ocasiones, pero los médicos ya no podían hacer nada para salvar su vida. "Mi hija ya sabe lo que me pasara pronto. Le digo que papá se convertirá en una de las estrellas del cielo", confesaba Lorenzo en una entrevista realizada en Bélgica días antes del partido.

Su último deseo era ver en directo al equipo de sus amores y que le despidieran con una victoria. La familia se puso en contacto con el club, que puso todos los medios a disposición de Lorenzo para que fuera una tarde mágica. El estadio Jan Breydel le regaló una gran ovación, con todo el público en pie y cantando el 'You'll never walk alone' (nunca caminarás solo) mientras hacía el saque de honor desde el centro del campo acompañado de su mujer y su hija de siete años.

La cara de Lorenzo era una mezcla de sentimientos imposibles de describir, pero pudo cumplir su sueño, porque su equipo ganó 3-0. Un día después murió en una clínica de eutanasia.

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