Cinco goles y de todos los colores. Dos de vaselina, uno de rebote y dos de disparo desde el borde del área. De este modo destrozó Leo Messi al Bayer Leverkusen en 2012, asegurando el pase a los cuartos de final de la Champions League del Barcelona. En esta ocasión, no lo podrá repetir, debido a su lesión de ligamentos. El Leverkusen podrá respirar un poco más tranquilo.
El argentino fue un auténtico vendaval para los alemanes. En el minuto 25 abrió el marcador gracias a un gran pase en profundidad de Xavi, que Leo aprovechó ganándole la espalda a Schwaab y picándole el balón por encima a Leno.
Antes del descanso, el número 10 cerró el partido. Con una jugada marca de la casa, apilando rivales a su paso de derecha a izquierda, Messi encontró el hueco para realizar el disparo, y batir a placer al guardameta germano.
Ya en la segunda parte, otro pase perfecto de Fàbregas le permitió sumar su hat-trick con otra bella vaselina. El espectacular desempeño de Leo no se quedó ahí. Estaba desatado, y persiguió un balón prácticamente perdido confiando en el error de Leno. Sorprendentemente, el cancerberó falló, y el cuarto tanto se hizo realidad.
La 'manita' o el répoquer, llegaron a falta de seis minutos para la conclusión. Con un tiro desde la frontal con rosca, Messi entró en la leyenda de la Champions League, una leyenda que parece no tener techo tres años más tarde.
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