La importancia de la cadena de custodia

  • Las acusaciones y las defensas personadas en el juicio de la Operación Puerto han dedicado hoy casi tres horas a determinar, a través del interrogatorio de doce guardias civiles, cómo fue la recogida, conservación y traslado de las bolsas de plasma y de sangre intervenidas en mayo de 2006.

Madrid, 6 feb.- Las acusaciones y las defensas personadas en el juicio de la Operación Puerto han dedicado hoy casi tres horas a determinar, a través del interrogatorio de doce guardias civiles, cómo fue la recogida, conservación y traslado de las bolsas de plasma y de sangre intervenidas en mayo de 2006.

Es lo que se llama la "cadena de custodia", que comienza en el lugar de los hechos -en este caso, los pisos en los que el médico Eufemiano Fuentes y su socio José Luis Merino guardaban las bolsas- y que tiene como objetivo poder demostrar luego la autenticidad del material intervenido mediante la aplicación de una serie de normas para asegurar y proteger cada elemento probatorio.

Las preguntas a los miembros del instituto armado, sin embargo, han dejado prácticamente de lado las fases de recogida y entrega y se han centrado casi exclusivamente en las condiciones en las que fueron conservadas las muestras y, más concretamente, a qué temperatura.

¿Por qué es tan importante esta cuestión para las partes, toda vez que la sangre no va a ser reutilizada y que, aun deteriorada, de ella seguiría pudiéndose extraer el ADN necesario para contrastarlo con otras muestras e iniciar, en su caso, procedimientos sancionadores contra deportistas?.

La clave, según los abogados, está en la redacción del artículo 361 del Código Penal por el que están acusados los cinco procesados, que es el que estaba vigente en la fecha de los hechos enjuiciados -2006-, antes de que el dopaje fuera tipificado como delito.

Este precepto dice que "los que expendan o despachen medicamentos deteriorados o caducados, o que incumplan las exigencias técnicas relativas a su composición, estabilidad y eficacia, o sustituyan unos por otros, y con ello pongan en peligro la vida o la salud de las personas serán castigados con las penas de prisión de seis meses a dos años".

Los letrados subrayan que, para que se aprecie la existencia de delito, es necesario acreditar durante el juicio que se dan todos los requisitos previstos en la ley, y que solo si las muestras de sangre fueron analizadas en el mismo estado en que fueron halladas se podrá demostrar si cumplían lo relativo a la "composición, estabilidad y eficacia".

Así, las acusaciones han tratado hoy de que los guardias civiles certificaran que las bolsas se conservaron exactamente en las mismas condiciones en las que Fuentes las tenía en su consulta, mientras que las defensas han cuestionado los métodos utilizados por el instituto armado, señalando que pudieron deteriorarse por los cambios de temperatura que sufrieron.

Otra cuestión es si la sangre y el plasma pueden ser considerados medicamentos -la defensa de Fuentes se lo preguntó ayer a un inspector farmacéutico y éste contestó que no, que son un tejido, aunque a continuación matizó que él no era farmacólogo-, asunto que se debatirá durante la fase pericial.

También entonces se discutirá sobre el daño a la salud que podían causar las prácticas de Fuentes, para lo que comparecerán varios expertos que hablarán sobre el riesgo que supone la elevación artificial del hematocrito -nivel de viscosidad de la sangre- en el desarrollo de cualquier actividad deportiva o sobre el peligro del consumo de sustancias dopantes.

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