La llamada del jeque a Eddy Merckx

  • La Vuelta a Catar constituye uno de los primeros eslabones en la espectacular cadena de inversión que este país ha hecho en deporte, una revolución que nació por la inquietud de un jeque que se quedó sorprendido al ver en una carretera francesa el paso del Tour y que ha progresado hasta alcanzar cotas inimaginables, como la organización del Mundial de fútbol 2022.

Doha, 5 feb.- La Vuelta a Catar constituye uno de los primeros eslabones en la espectacular cadena de inversión que este país ha hecho en deporte, una revolución que nació por la inquietud de un jeque que se quedó sorprendido al ver en una carretera francesa el paso del Tour y que ha progresado hasta alcanzar cotas inimaginables, como la organización del Mundial de fútbol 2022.

Hace 10 años, una etapa del Tour de Francia interrumpió el paseo en bicicleta del jeque catarí Hamad Bin Khalifa al-Thani. El pelotón pasó a toda velocidad delante de sus ojos, en unos pocos segundos, pero suficientes para que naciera su deseo de llevar una carrera ciclista a su país.

Enseguida descolgó el teléfono para llamar al mítico excorredor belga Eddy Merckx. Era el elegido para dar forma a su sueño. La Vuelta a Catar se convirtió en una realidad, y en el comienzo de una carrera imparable del pequeño país del Golfo Pérsico en su deseo de invertir en imagen.

El dinero del petróleo y del gas ha hecho milagros. Catar no concibe la palabra crisis. Mientras en España desaparecen carreras del calendario o acortan el número de etapas, en el emirato los proyectos llegan muy lejos en la imaginación. La idea es albergar la salida del Tour de Francia en 2014.

Con los petrodólares los logros son extraordinarios. Catar será la sede del principal acontecimiento deportivo que existe, la Copa del Mundo de fútbol, que llegará en 2022, con una inversión prevista de 100.000 millones de dólares, y también pujará por los Juegos Olímpicos de 2020, en lucha con Madrid, y por los Mundiales de atletismo en 2017.

El emirato salió reforzado en su primer experimento, la organización de los Juegos Asiáticos en 2006, donde se invirtieron 3.000 millones de dólares. Fue un ensayo que espoleó las ansias organizadoras de las autoridades del país.

La imagen del país encuentra su máxima rentabilidad en el fútbol. "Qatar Foundation" es la inscripción que lucen los jugadores del FC Barcelona en sus camisetas, a cambio de 165 millones en 6 años de patrocinio.

Además, la riqueza natural de este país, donde no se pagan impuestos y se discuten diversos aspectos relacionados con los derechos humanos, como el papel de la mujer en la sociedad, trae a su desértico territorio otros acontecimientos como el Gran Premio de Motociclismo GP, una reunión de atletismo de la "Liga de diamante" y torneos de tenis y golf de primer orden.

Precisamente la inversión en deporte también hace un guiño a la mujer. La hija del emir organizó una carrera de ciclismo para mujeres en 2009 y ahora el evento se desarrolla días antes de la competición masculina, una declaración de intenciones para demostrar la inclusión de la mujer en la sociedad catarí.

El enfoque deportivo de este país tiene para Eddy Merckx, director de la Vuelta a Catar, una vertiente de salud ajena a la meramente publicitaria o económica.

"Catar quiere dar importancia al deporte, pensando en los jóvenes, y para luchar contra la obesidad y los problemas de salud", explica el excorredor, quien practica con el ejemplo y sale a entrenarse en bicicleta todos los días en los días previos al comienzo de la carrera.

La astronómica inversión en deporte no tiene reflejo en toda la sociedad catarí, ya que entre los 1.750.000 habitantes con que cuenta el emirato existen clases bajas donde los sueldos no superan los 300 euros al mes.

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