La pista central del All England Club enloquece con la victoria de Murray

  • La pista central del All England Club enloqueció de alegría al ver cómo Andy Murray se coronaba en Wimbledon como el primer británico ganador desde la gesta del legendario Fred Perry en 1936.

Paula Díaz

Londres, 7 jul.- La pista central del All England Club enloqueció de alegría al ver cómo Andy Murray se coronaba en Wimbledon como el primer británico ganador desde la gesta del legendario Fred Perry en 1936.

Era conocido el importante papel que hoy jugaba el público británico en la pista central del histórico club de Londres, en una final que enfrentaba al serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo, y al escocés Andy Murray, número 2.

Los 15.000 asistentes que abarrotaron las gradas de la emblemática pista reflejaban el ánimo de un país que se había quedado con las ganas de ver vencedor a Murray en 2012 y que ha tenido que esperar un año más.

"Ganar hoy es increíble, ha sido un partido muy duro", fueron las primeras palabras del flamante campeón, que apenas podía recordar el último punto del partido (necesitó de cuatro oportunidades para culminar su histórica victoria).

El escocés celebró su gesta entre lágrimas y mostrando en todo momento su agradecimiento al público; de hecho, llegó a acercarse a los extremos de la pista para dar la mano a algunos afortunados asistentes.

Junto a Murray, se emocionaba gran parte del público británico, puesto en pie con cámara de fotos o vídeo en mano, y el equipo técnico del ganador mientras éste trepaba por las gradas para abrazarse a ellos.

Aplausos también hubo para Djokovic, que felicitó tanto a su rival como a los aficionados: "Sé lo que esto significa para este país", señaló entre aplausos aprobatorios y gritos de "¡Te queremos, Novak!".

Murray, que besó el trofeo antes de mirar al cielo, recordó ante los seguidores el "duro" momento que vivió sobre la misma pista hace un año, cuando el suizo Roger Federer terminó con su sueño de vencer en casa.

"Me siento ligeramente distinto al año pasado, uno de los momentos más duros de mi carrera", reconoció Murray, que no se confió en ningún momento del encuentro. "Novak ha vuelto muchas veces y también pudo pasar hoy", admitió.

Las ansias del público por celebrar la victoria de Murray se dejaron notar en las bolas de partido, cuando los asistentes no podían evitar animar al escocés incluso durante el peloteo.

Un sector de la pista central llegó incluso a celebrar la gesta antes de tiempo al creer que había entrado una pelota que se había ido más allá de la línea, provocando las carcajadas del resto del graderío.

Pese al sol y a los 30 grados de temperatura que obligaron al público a utilizar viseras, gorros y los tradicionales sombreros estilo panameño, los aficionados no cejaron en su empeño de animar al escocés durante las más de tres horas de final.

Conscientes de lo que se esperaba de ellos hoy, el público británico celebró cada punto que caía del lado del número dos del mundo como si fuera el de la victoria, y lamentaban cada fallo como si fueran un altavoz del propio Murray.

A los gritos de "¡Vamos Andy!" e incluso "¡Te quiero, Andy!" se unieron los aplausos y los puños en alto cada vez que el escocés superaba al tenista serbio, que también contaba con sus seguidores, un poco más escondidos y sin hacer mucho ruido.

Al ferviente público de la pista central se le unieron las miles de personas que abarrotaban horas antes de la final la famosa 'Henman Hill', la colina donde a través de una pantalla gigante se retransmitió el duelo para aquellos que no poseyeran una entrada.

Con mucha más libertad para celebrar los puntos y gritar durante los peloteos, los concentrados en la colina festejaron la victoria de su héroe local ondeando las banderas del Reino Unido y de Escocia.

Los nervios y la fiebre por Murray llegaban hasta los periodistas británicos que, libreta en mano, no podían evitar celebrar los puntos ganados por su compatriota en el área reservada para la prensa de la pista central.

En el palco (la "royal box"), invitados como el primer ministro británico, David Cameron, o el líder de la oposición, Ed Miliband, no dudaron en unirse al público para apoyar a su compatriota y celebrar su victoria.

Con ellos se encontraba el ministro principal escocés, Alex Salmond; el futbolista del Manchester United Wayne Rooney, la ex 'Spice Girl' Victoria Beckham; el músico Ron Wood, de los Rolling Stones o el actor Bradley Cooper, entre otros.

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