San Sebastián.- La derrota sufrida ayer por la Real Sociedad ante el Málaga, además de profundizar la crisis de resultados del equipo en el último mes de competición, ha servido para clarificar los objetivos para la presente temporada en la que la permanencia figura ya como única meta.
Los donostiarras llevan un punto de los últimos doce, aunque la distancia con el descenso prácticamente sigue invariable con esos nueve puntos que deberían suponer un colchón suficiente para no sufrir demasiado en las últimas diez jornadas de Liga.
El propio Martín Lasarte admitía tras el partido que después de la derrota había que centrarse en el fin primordial de la Real, seguir en Primera División por segunda temporada consecutiva, algo que se había olvidado a principios del mes de febrero cuando los donostiarras se situaban empatados en la séptima plaza que clasifica para Europa.
El técnico uruguayo tendrá que trabajar mucho para frenar la sangría de goles recibidos por el equipo en las últimas jornadas, nueve en cuatro partidos, ya que con una media por encima de dos tantos por encuentro resulta casi imposible sacar algo positivo.
Las complicaciones en ese sentido son importantes porque la pareja de centrales González-Ansotegi ha llegado muy desgastada al tramo final de competición y el que se supone iba a ser el líder de la zaga, Vadim Demidov, estará de baja entre dos y tres semanas probablemente por un problema fibrilar.
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