Quedarse con que las dos jugadoras más altas de Japón tan sólo llegan hasta el 1,83 metros que tienen Takada y Suwa sería pecar de suficiencia, porque las niponas siempre han tenido una gran presencia en los Mundiales. Hasta en once ocasiones han jugado la competición.
La base Yuko Oga, la máxima anotadora de lo que llevamos de competición, con 22 puntos de promedio, es la gran amenaza de Japón, un equipo combativo, rápido y que sabe que su carencia en rebotes debe contrarrestarla con soluciones alternativas.
La selección española cuenta sus tres partidos por victorias gracias a la defensa. Cuando la selección ha defendido, ha podido correr y ha construido sus ataques estáticos con sobriedad. Cuando la defensa se ha relajado, el ataque también se ha resentido.
La jugadoras de Juan Ignacio Hernández, que han descanso en la jornada de hoy, deberán pues seguir en la misma línea. "Tenemos que seguir mejorando detalles, seguir mejorando en conocimiento del equipo, sobre todo con Sancho, que está recién llegada", apuntó el técnico español.
La relajación será una mala consejera del equipo español, porque Japón tiene sus armas y sabe utilizarlas. Arman el tiro con una gran rapidez y su efectividad puede ser excepcional, por momentos, sobre todo si no se estrecha la defensa sobre las jugadoras niponas a la hora de armar el brazo.
Ganar y seguir creciendo como equipo, y hasta reservar jugadoras, si fuera posible son los objetivos de la selección española, que después se enfrentará a la República Checa y a Rusia, dos auténticos huesos difíciles de roer en esta fase de octavos de final.
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