Las diez razones para creer en La Décima

    • Tras clasificarse brillantemente para la final de Lisboa, el Madrid tiene buenas razones para creerse cerca de un anhelo que dura doce años.
    • El equipo de Ancelotti, a diferencia de lo que ocurrió con Mourinho, ha llegado de manera óptima en todos los planos al final de curso.
El Real Madrid de Ancelotti establece un nuevo récord goleador en 'Champions'
El Real Madrid de Ancelotti establece un nuevo récord goleador en 'Champions'
Ulises Sánchez-Flor

El camino para llegar a la final de la Champions ha sido brillante. El Real Madrid ha vencido al campeón y subcampeón de Europa (Bayern de Múnich y Borussia Dortmund). De los doce partidos que ha disputado, ha perdido uno y en el resto se ha exhibido con una autoridad insultante. De la derrota en Dortmund, sufrida y aleccionadora, salió todavía mas reforzado. Ha sido un equipo que se ha sobrepuesto a las adversidades, entre lesiones y la búsqueda de un sistema con la llegada de Ancelotti. La predisposición de los jugadores y el entrenador para tener un plan táctico basado en el equilibrio y la solidez ha dado unos excelentes resultados. La estabilidad deportiva, la unión y el talento han ayudado a que el viaje para estar en Lisboa, que empezó el 17 de septiembre en Estambul, haya sido un éxito. Queda jugar la final, pero hoy se puede decir que el club y Ancelotti han hecho un buen trabajo.

La aventura para estar en la final empezó con una goleada en Estambul (1-6) y contra el Copenhague (4-0). En los dos enfrentamientos contra la Juventus ganó un partido y empató en Turín, en la primera exhibición de Bale y Cristiano Ronaldo juntos. Las goleadas siguieron en octavos (1-6 en casa del Schalke y 3-1 en el Bernabéu). En cuartos vengó la eliminación de la temporada pasada con un buen partido en el Bernabéu, en el que goleó al Borussia Dortmund (3-0), y con un susto monumental en la vuelta, del que se corrigieron aspectos tácticos que luego valieron para ponerlos en práctica contra el Bayern. En semifinales ha vencido, con superioridad, personalidad y buen fútbol, al campeón de Europa. Era el tercer equipo alemán que se cruzó por el camino. Este buen trabajo tiene unas claves que detallamos a continuación:

1. Equipo compacto. El Real Madrid confirmó ante el Bayern de Múnich, en los dos partidos, que sus jugadores están acoplados y bien aleccionados para garantizar la solidez. Sin equilibrio no hay una buena defensa. Este objetivo se ha conseguido después de unos primeros meses en la temporada en los que la falta de orden y disciplina alertó al cuerpo técnico. El Real Madrid ya no es un equipo caótico. No se descompone y lo ha corroborado en las dos últimas semanas en las que se ha enfrentado dos rivales de primer nivel (Barcelona en la Copa del Rey y Bayern en la Champions).

2. El sistema del 4-4-2. El traje que elige Ancelotti para enfrentarse a los equipos poderosos es el clásico 4-4-2. La lógica dice que el entrenador tiene que adaptarse a las características de los jugadores, pero lo que está sucediendo en este tramo final de la temporada es sorprendente. Son los jugadores los que entienden que hay que hacerse fuerte atrás y crecer desde una buena organización defensiva. Esto se lo da este sistema con cuatro centrocampistas (Bale e Isco han tenido que reconvertirse) y dos delanteros centros (Benzema y Cristiano Ronaldo). Para lograr ser un bloque equilibrado y sin fisuras es esencial que todos los futbolistas remen en la misma dirección. Los conceptos han quedado claros: hay que jugar juntos, cerrar los espacios, presionar lo más cerca de la portería rival y correr por todo el campo.

3. Sacrificio de las estrellas. Con un plan de juego definido y un sistema aceptado por todos se hace más sencillo vencer a las dificultades. El Real Madrid tiene automatismos que le hacen desequilibrar al rival. Los futbolistas han memorizado un sistema. El éxito no sería posible si el planteamiento táctico dependiera de uno o dos jugadores. Ha quedado demostrado que el equipo compite y puede ganar sin Cristiano Ronaldo y sin Bale, por ejemplo. Esto ha provocado que las estrellas se sacrifiquen por el grupo para hacer prevalecer el sistema colectivo a las individualidades. El portugués y el galés reconocen que pueden ser mejores dentro de una organización y con unas obligaciones que van más allá de atacar.

4. Mentalidad competitiva. Ancelotti ha sabido convencer a sus jugadores de la importancia de ser un equipo compacto y el esfuerzo colectivo que hay que hacer para alcanzar el éxito. Esto ha provocado que la suma de todas las buenas actitudes repercuta en el equipo en una mentalidad competitiva mayor. Si Bale ve como corre Benzema o el esfuerzo que hace Di María para perseguir un balón, entiende que él debe hacer lo mismo. Así pasa con todos. Se han superado las adversidades por la regularidad en el esfuerzo y altas dosis de carácter en cada jugada, esté donde esté el balón

5. Estrategia. El equipo se ha perfeccionado en las jugadas a balón parado. Los dos goles de Sergio Ramos, de cabeza, en el Allianz Arena no son fruto de la casualidad. En el primero, Modric sabe dónde tiene que poner el balón tras un saque de esquina. En el segundo hace lo mismo Di María. En ambas jugadas entra Sergio Ramos, desde atrás, a un punto del área en el que tiene que llegar un balón y se aprovecha de una pantalla que le hacen Cristiano Ronaldo y Pepe. En el segundo gol es el portugués el que prolonga el balón.

6. Facilidad para marcar. El Real Madrid se siente a gusto con el orden y el sacrificio y está convencido de que llegarán sus ocasiones para marcar goles. Las transiciones son rápidas y fulminantes. Como la subida de Coentrao en la ida contra el Bayern, en la que le prolonga el balón Cristiano y acaba rematando Benzema. El gol del portugués en el Allianz Arena en un contraataque que lanza Bale. O el tanto del galés en la final de Copa a pase de Coentrao.

7. Frescura física. Precisamente valen los últimos partidos para demostrar que el Real Madrid tiene un nivel físico superior a sus rivales. Los acaba agotando y eso significa que sus jugadores tienen mayor resistencia y se recuperan mejor de los esfuerzos. El equipo ha llegado fresco al tramo final de la temporada.

8. Experiencia. Los tres últimos años han servido para que el grueso de la plantilla pase por situaciones dolorosas. Las derrotas en las tres últimas semifinales han sido crueles. Hoy el Real Madrid tiene seguridad y confianza en lo que hace, pero sobre todo, es un equipo al que es difícil de sorprender. La veteranía de la columna vertebral (Casillas, Pepe, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Di María, Modric y Benzema) se nota en el campo en situaciones de dificultad. Dijo Ancelotti tras la victoria en Múnich: "No hemos dado al Bayern la posibilidad de poner el ritmo el partido. Lo hemos puesto nosotros". Mejor no se puede definir. Todos estos jugadores están en su plenitud física y mental.

9. Profundidad de banquillo. Está siendo fundamental para conseguir que el equipo esté fresco. Las rotaciones son importantes y cuando ha habido una baja por lesión se ha podido solventar con garantías. Sin Cristiano Ronaldo brilló primero Jesé y luego Isco. Morata ha respondido en los pocos minutos que ha jugado. Casemiro, otro de los menos habituales, se agigantó en el momento más crítico en Dortmund. Lo mismo sucede con Varane, Illarramendi y contando que Marcelo es hoy el suplente de Coentrao.

10. La unión con Ancelotti. "El míster es un gran técnico y una gran persona". Son palabras de Cristiano Ronaldo antes de abandonar el Allianz Arena con el billete reciente para la final de Lisboa. Que la estrella del equipo ponga el foco en el entrenador explica cómo es el ambiente interno en la plantilla y con el cuerpo técnico. Ancelotti les ha subido la autoestima, es cercano, dialoga lo necesario y les deja su espacio. Esta unión se refleja en el campo con el convencimiento de que lo que dice el entrenador hay que llevarlo a raja tabla.

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