Entre el ostracismo televisivo pasan las 21 etapas de la Vuelta. Los años en los que Televisión Española apostaba por ofrecer la ronda española por La1 o La2 son pretéritos. Relegada al canal temático Teledeporte, las audiencias que antaño bordeaban el millón de espectadores han caído hasta 600.000 televidentes. Existe un público fiel, pero cada vez menor. Salvo excepciones, la salud de la carrera en la pequeña pantalla es precaria.
2.556.000 espectadores vieron por La2 cómo Contador ganaba en el Angliru en 2008. El año pasado, la única etapa programada en La1 ofreció el duelo final entre Nibali y Mosquera en la Bola del Mundo, con unos números aún mejores -2.923.000 personas-. Sin embargo, la cobertura en los informativos es escasa, a años luz del motociclismo, capaz de abrir cualquier bloque de deportes de un telediario, por delante incluso del fútbol.
Más extraño aún resulta el silencio de Antena 3. La cadena privada forma parte del mismo grupo empresarial que Unipublic, organizadora de la carrera, pero no solo se ha desprendido de ésta, sino que la información sobre la Vuelta brilla por su ausencia en sus informativos.
En cambio, el grupo Amaury Sport Organisation (ASO), que posee el 49 por ciento de Unipublic, al menos ha introducido algo de la influencia del Tour de Francia. La caravana publicitaria, por ejemplo, este año es mayor. Pero la proximidad del mes de julio y de los mundiales de ciclismo hacen que muchos corredores menosprecien a la Vuelta a España y la vean solo como una fase más en su búsqueda del maillot arcoíris.
La radio, ajena a los grandes ausentes
En la salida de Benidorm había grandes ausencias. Alberto Contador, Andy Schleck, el ganador del Tour Cadel Evans o Philippe Gilbert. Sin embargo, un recorrido interesante y un elenco compuesto por ciclistas españoles de garantías –Rodríguez o Antón- más el batallón de corredores afectados por las caídas de la ronda gala –Wiggins, Brajkovic, Van den Broeck o Klöden- han permitido que la Vuelta mantenga su interés. Y las radios se han dado cuenta de ello.
Los micrófonos hierven a partir de las cinco de la tarde. Radio Marca, la SER y la COPE se mantienen fieles a la tradición de narrar los finales de etapa. Cada una a su manera, las dos últimas aprovechan el equipo que desplegaron en el Tour de Francia. Ninguna da de lado a una carrera que desde las ondas sigue estando muy viva.
La Vuelta busca finales breves pero épicos, que concentren toda la dureza en los kilómetros finales para atraer al aficionado. Los equipos creen que ese respaldo popular ha aumentado, especialmente la primera semana de carrera. No obstante, sigue habiendo zonas de España –la etapa del jueves por Galicia- que languidecen al paso de la carrera, pueblos en los que la carrera pasa desapercibida. Hay esperanza, pero a la Vuelta le queda un largo camino para combatir la indiferencia.
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