Lekic congela al Barcelona y tiñe la Liga de blanco

Del anonimato a la gloria gracias a dos goles. La vida de Dejan Lekic, serbio de 26 años, puede vivir un antes y un después tras su gran actuación ante el temible Barcelona, que en el Reyno de Navarra no lo fue tanto por la política de rotaciones de Pep Guardiola, por el estado del terreno de juego, congelado, y, por supuesto, por el gran partido de los rojillos y de su ariete, que se fue ovacionado del campo.

El espigado delantero balcánico apareció a los cuatro minutos para batir por primera vez a Víctor Valdés. Fue un gol logrado con un remate seco, cortante como el frío que campaba a sus anchas por Pamplona. El segundo tanto, otra vez al primer toque, como los arietes de antaño, fue la culminación a una jugada prodigiosa de Osasuna que hubieran firmado Xavi Hernández y Cesc Fàbregas… si hubieran estado en el campo.

Estos dos goles pueden consagrar a un jugador que llegó en junio de 2010 a España desde el Estrella Roja de su país natal, pero que lo hizo con unos kilos de más, por encima de los 88 que aparecen en su ficha en la web del club. Ni José Antonio Camacho, el entrenador entonces de Osasuna, ni su sustituto y actual entrenador rojillo, José Luis Mendilibar, dieron mucha bola la pasada temporada a Lekic, que acabó con dos raquíticos goles.

En esta campaña, ha jugado poco en Liga (ocho partidos, cuatro como titular), pero sus números han mejorado (tres tantos), al igual que en la Copa del Rey, en la que disputó cuatro encuentros y logró dos goles, pero no pudo evitar que Osasuna cayera eliminado ante el Barcelona. La venganza ha llegado en el torneo de la regularidad con una victoria que podría dejar al vigente campeón a 10 puntos del Real Madrid si éste vence al Levante en el Santiago Bernabéu.

La Liga puede teñirse de blanco mucho antes de los esperado, y una parte de culpa recaerá en un delantero que costó menos de tres millonesde euros en su momento, y que en la Liga llevaba sólo un gol hasta que se cruzó con el Barcelona y dobló sus números. De paso, dejó helado a un Barcelona que sólo había perdido un partido en toda la temporada, y que viajará a Alemania para enfrentarse al Bayer Leverkusen y un frío aún mayor con la sensación de que este año puede haber dicho adiós a la Liga… ¡en febrero!, si no lo remedia el Levante. Todo por culpa de su irregularidad lejos del Cam Nou.