Mucho cemento se ha visto en los estadios de los tres primeros equipos que han debutado en la Liga BBVA. Los horarios, tal y como se presuponía, no han calado hondo en los aficionados. Parece ser que los que pagan religiosamente cada fin de semana han dicho basta y han dejado de lado a su equipo; quedarse en casa o irse a la playa parece que eran mejores opciones que acudir al estadio. Los altos precios de las entradas en el fútbol español son otras de las maneras que tienen las 'cabezas pensantes' del deporte rey en este país para que las gradas no estén pobladas.
Eran las 19 horas y Balaídos volvía a vestirse de gala para ver un partido de primera. Muchos años de espera y una afición que estaba deseosa por ver el azul celeste por la primera división. Pero ni con esas, eran sólo 16.000 personas las que se decidían por ir a ver una calurosa tarde de fútbol. Hay que recordar que el estadio de Vigo tiene capacidad para 31.800 espectadores. Ni el 50 por ciento de aforo completo, un panorama desolador.
El partido que más controversia ha generado es el de las once de la noche. Soin Moix, estadio que suele presentar una pobre imagen, ha dejado en evidencia el horario nocturno. No pasaban de las 9.000 almas, cuando tiene aforo de 23.142, las que se congregaron en el feudo del Mallorca.
Sevilla, olla a presión
El Ramón Sánchez Pizjuán vivía una tarde atípica de fútbol. Pese a que en Nervión se tenía muchas ganas de ir al campo no era el mejor día para acudir al fútbol. Los 40 grados que había en la capital hispalense, sumados a los altos precios de las entradas (30 euros) y estar a mediados de agosto, lo que supone que la población sevillana busque lugares de playa y chiringuitos, han sido los motivos por los que el aficionado del conjunto rojiblanco haya optado por no acudir al estadio. No era ni el 50 por ciento del aforo el que ocupaban las butacas rojas y blancas.
Ahí no acababa la tarde, los Biris (grupo ultra del Sevilla) no ocupaban el Gol Norte en señal de protesta contra el presidente José María del Nido, quién cargó contra ellos el pasado mes de julio por la batalla campal que originaron en la localidad gaditana de Rota. Además de no acudir en su totalidad al fondo, los pocos que lo hicieron, cantaron contra el máximo mandatario del club sevillano.
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