"Esperamos en nuestro campo y mandamos balones largos" debió decirle Mourinho a sus jugadores antes de empezar el partido frente a Osasuna. El Real Madrid notó la ausencia de Cristiano Ronaldo, el destinatario de los pelotazos en el resto de partidos del equipo blanco y tardó 92 minutos en disparar a la portería defendida por Andrés Fernández.
Benzema consiguió el logro en el minuto 92, disparó entre los tres palos de la portería de Osasuna, pero el balón fue a las manos de Andrés Fernández, portero de Osasuna. Anteriormente sólo Callejón, en el 78, lo hizo, pero la jugada estaba anulada por fuera de juego.
El equipo de Mourinho no fue capaz de dar una serie de más de diez pases con sentido en el partido. La defensa del Real Madrid no conectaba con el centro del campo, que hoy estaba formado por Xabi Alonso, Khedira y Modric, y jugaban una vez tras otra balones largos sobre los tres islotes que eran Higuaín, Di María y Callejón.
Son buenos jugadores, pero no son Cristiano. El portugués es capaz de saltar a por un balón, correr, llevarlo hasta la portería y marcar gol. En el último partido de Liga, Ronaldo lanzó ocho veces entre los tres palos de la portería contraria y anotó dos goles.
Ni siquiera las salidas de Benzema, Ozil y Kaká mejoraron la imagen del Real Madrid. El brasileño se marchó expulsado, la impotencia hizo que se fuera por primera vez antes de tiempo desde que juega en Europa, donde llegó en el año 2003.
Desde que Cristiano juega en el Real Madrid, hace tres temporadas y media, no ha podido jugar en 23 partidos, el equipo ha ganado 15, ha empatado tres y ha perdido seis.
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