Lisboa supera con éxito el duro test de la final de Campeones española

  • En el mayor acontecimiento deportivo que jamás recibió, Lisboa superó sin graves incidentes el duro test que supuso la acogida de decenas de miles de hinchas españoles durante el fin de semana de la final de la Liga de Campeones que enfrentó al Real Madrid y al Atlético de Madrid.

Lisboa, 25 may.- En el mayor acontecimiento deportivo que jamás recibió, Lisboa superó sin graves incidentes el duro test que supuso la acogida de decenas de miles de hinchas españoles durante el fin de semana de la final de la Liga de Campeones que enfrentó al Real Madrid y al Atlético de Madrid.

Unas cuarenta detenciones, la mayoría por pequeños delitos, y un asalto sin graves consecuencias fueron los únicos y pequeños borrones de dos días de fiesta para el fútbol español, en los que vivieron más momentos de concordia que de tensión.

"La operación policial que afectó a la ciudad de Lisboa, centrándose mayoritariamente en la zona del estadio de la Luz y la Baixa, se desarrolló dentro de la normalidad sin incidentes graves", según el balance que hizo hoy la Policía de Seguridad Pública (PSP) de Portugal.

Una treintena de hinchas fueron detenidos el fin de semana, la mayoría el sábado, día de la final.

Posesión de artefactos pirotécnicos (6 detenidos), delitos de especulación (6), venta ilegal de billetes (2) o delitos de resistencia y coacción (2) fueron las principales infracciones detectadas por las autoridades locales.

La PSP también informó de la detención de un grupo de seis delincuentes, que asaltaron a tres jóvenes con edades comprendidas entre los 19 y 20 años la pasada madrugada en una zona de bares nocturnos.

Amenazados con un arma blanca y otra de fuego, los asaltantes les sustrajeron una camiseta oficial del Real Madrid firmada por el futbolista luso-brasileño Deco (ex del Oporto y Barcelona).

No obstante, la policía logró capturarlos con la ayuda de los jóvenes afectados.

A estas detenciones, se unieron los arrestos de una decena de activistas de "Greenpeace", que preparaban una iniciativa contra las prácticas ecológicas de la petrolera rusa Gazprom, uno de los patrocinadores del máximo torneo europeo.

Al júbilo de los merengues -su equipo ganó 4-1 en la prórroga-, siguió la resaca del encuentro, que arrojó visibles consecuencias en las zonas que acogieron a más seguidores de los campeones de Europa.

La plaza do Rossio, antesala de la Baixa lisboeta en la que se juntaron los aficionados del Real Madrid para ver el encuentro en pantalla gigante, acumuló toneladas de desperdicios. "Parece la guerra", comentaron vecinos de la zona.

Desperdicios orgánicos e inorgánicos, botellas y algún que otro desperfecto afearon la neurálgica plaza lisboeta, que acoge el histórico Teatro Dona María y varios edificios decimonónicos.

La aneja plaza de la Figueira también se vio salpicada por la bacanal madridista, así como el bohemio Bairro Alto, la zona de bares nocturnos por excelencia donde coincidieron las dos hinchadas.

Sin incidentes violentos entre las aficiones, el tráfico fue otro motivo de preocupación.

La salida de los miles de españoles que se habían desplazado en coche discurrió mayormente con normalidad aunque, durante la madrugada y a primera hora de la mañana, el pago en los peajes de las autopistas, especialmente en el de Elvas, entorpeció el flujo de vehículos.

Las autoridades lusas decidieron, entonces, dejar de cobrar para evitar la retención que se estaba formando.

A la espera de confirmar el impacto económico en Lisboa -se estima que unos 46 millones de euros-, el Ayuntamiento se congratuló de "la fiesta del fútbol" que se vivió y que sirvió para situar a la capital portuguesa en un epicentro informativo que atrajo a unos 2.500 profesionales de la comunicación.

"Se estima que cerca de 400 millones siguieron el partido por la televisión", destacó el Consistorio en un comunicado.

Para la final de la Champions, Portugal desplegó un dispositivo inédito en los últimos años con más de un millar de agentes encargados de velar las cuatro principales vertientes de seguridad: policías de tráfico, unidad de intervención para las hinchadas radicales, investigación delictiva y patrulla.

Sin embargo, fue imposible controlar todos los delitos, especialmente los robos, del que precisamente fue blanco el vencido Atlético.

En su hotel, el Tiara Park, situado junto al Parque Eduardo VII, en el centro de Lisboa, fueron sustraídos unos 25 sobres con entradas de invitados y familiares del equipo horas antes del inicio de la final.

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