Los siete milagros de Camila Pirelli

  • En el pueblo paraguayo de Ayolas la heptatleta Camila Pirelli es considerada una especie de santa a la que le piden milagros; ella sabe que puede lograrlos, pero para eso deberá alejar su obsesión de querer ser perfecta.

Gustavo Borges

Santiago de Chile, 13 mar.- En el pueblo paraguayo de Ayolas la heptatleta Camila Pirelli es considerada una especie de santa a la que le piden milagros; ella sabe que puede lograrlos, pero para eso deberá alejar su obsesión de querer ser perfecta.

"Pienso más de la cuenta, trato de hacer todo perfecto y para lograr grandes cosas en el atletismo necesito cambiar eso", dijo a Efe Pirelli, candidata a ganar la medalla de oro en el heptatlón de los Juegos Sudamericanos de Santiago de Chile.

Hija de un jugador de baloncesto y una campeona universitaria de atletismo, Camila empezó en el deporte a los cinco años; a los 16 hizo récord nacional de natación en 50 metros estilo libre, pero en el 2006 cayó en los embrujos del heptatlón, la prueba más dura del atletismo, cuya ganadora será la deportista más completa de los Sudamericanos.

"Por mis registros soy candidata a medalla, pero yo busco la de oro, la gran rival será la brasileña Tamara de Souza; es mi amiga de facebook, pero dentro de la competencia no nos hablamos", cuenta.

La competición de heptatlón que comenzará mañana será de las más peleadas en el atletismo de los Sudamericanos. Tamara tiene una marca personal de 5.900 puntos y Camila sumó 5.733 cuando ganó los Juegos Bolivarianos del año pasado, aunque sus entrenadores la consideran candidata a pasar pronto la mítica barrera de los 6.000.

"En los últimos meses bajé cinco kilos, mejoré mucho mi carrera de 800 metros, pero debo estabilizar mis resultados en las pruebas de lanzamientos; a veces hago menos de lo que puedo porque me presiono; los 6.000 son posibles, si lo hago todo bien", explica.

Hace cuatro años, Pirelli fue tercera en el concurso de heptatlón de los Sudamericanos de Medellín dominado por la argentina Agustina Zerboni, quien junto a la venezolana Guillerci González será otra de las figuras importantes desde mañana en Santiago de Chile.

"He cambiado mucho desde aquel bronce del 2010, maduré, gané velocidad, confianza. Entonces corría los 100 metros con vallas en 15:30 segundos, ahora los hago en 13:96", cuenta.

Es una chica despierta con pasta de líder que mostró paciencia para, sin dejar el deporte, graduarse de ciencias biológicas en Estados Unidos, pero no ha podido sacudirse la tendencia a ser perfeccionista. "Trabajo en eso, necesito ser más relajada y mantener la concentración. A la larga lo conseguiré", dice.

En Ayolas, pueblo a 300 kilómetros de Asunción, mañana y el sábado los pobladores del lugar contemplarán en la televisión la imagen de Camila Pirelli y le pedirán el milagro de ganar los Juegos Sudamericanos.

Ella no prometerá nada. Preferirá buscar la medalla de oro paso a paso y más que uno, entre viernes y sábado saldrá a buscar un milagro por cada una de las siete pruebas del heptatlón. "Si manejo bien la cabeza y desisto de ser perfecta, pueden pasar cosas", asegura.

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