"Manosanta" Ferreira, el hombre que obró el "milagro" con Luis Suárez

  • No le gustan las entrevistas, mantiene un perfil súper bajo pero es consultado por futbolistas uruguayos e incluso de otras nacionalidades, desde cualquier lugar del mundo, Walter "Manosanta" Ferreira tuvo mucho que ver con la eliminación de Inglaterra de la Copa del Mundo.

Jorge Figueroa

Sete Lagoas (Brasil), 21 jun.- No le gustan las entrevistas, mantiene un perfil súper bajo pero es consultado por futbolistas uruguayos e incluso de otras nacionalidades, desde cualquier lugar del mundo, Walter "Manosanta" Ferreira tuvo mucho que ver con la eliminación de Inglaterra de la Copa del Mundo.

El fisioterapeuta uruguayo hizo el "milagro" de recuperar en 28 días a la estrella celeste, Luis Suárez, de una artroscopia de rodilla izquierda.

Por ello no resultó extraño que el "Pistolero" uruguayo corriera desesperado hasta la banca de suplentes para abrazarlo efusivamente tras marcar el primero de sus dos goles frente a los ingleses en la Arena de Sao Paulo.

De aspecto menudo, cara de bueno, pelo gris, 63 años y toda una vida dedicada a una profesión que dice amar, por las manos de Ferreira han pasado, pasan y seguramente seguirán pasando cientos de millones de dólares vestidos de pantalón corto.

Él, además de un reconocido fisioterapeuta, actúa como sicólogo, consejero, confesor y, en muchos casos, como amigo íntimo.

El de Suárez es uno de los más emblemáticos y mantiene con él una relación casi familiar.

Se conocieron hace mas de una década, cuando el goleador llegó desde su Salto natal a Montevideo para incorporarse a las divisiones juveniles de Nacional.

El contacto no fue demasiado prolongado porque dos años después Suárez comenzó su camino europeo, pero se mantuvo y reforzó con los viajes del goleador para integrar las selecciones juveniles de Uruguay primero y la absoluta luego.

El 21 de mayo pasado sonaron las alarmas en el Complejo Celeste en Montevideo, durante un entrenamiento Suárez sintió un fuerte dolor en su rodilla izquierda y cayó al campo.

Menos de 24 horas después, en una carrera contra reloj con el Mundial a la vuelta de la esquina, fue sometido a una "exitosa" artroscopia en el sanatorio Médica Uruguaya, según informó entonces el médico jefe de la selección celeste, Alberto Pan.

El día siguiente, bajo las instrucciones de Pan, "Manosanta" Ferreira comenzó a trabajar con Suárez en un "mano a mano" lleno de ilusión y ganas, pero también incertidumbre.

El trabajo se hizo en el domicilio del futbolista, en la periferia de Montevideo, en silencio, con dedicación, esmero, sacrificio y sin declaraciones a la prensa.

Apenas mensajes del jugador a través de sus cuentas en las redes sociales agradeciendo el apoyo popular.

El "pacto de silencio", que para el fisioterapeuta es pan de cada día por su filosofía de vida, alimentó las especulaciones.

Incluso se llegó a rumorear en Uruguay que la lesión de Suárez era bastante mas grave, algo que molestó mucho a Pan e incluso al seleccionador Oscar Tabárez porque se sintieron atacados.

"Manosanta" Ferreira y Súarez siguieron trabajando sin perder ritmo ni concentración alejados de la polémica.

El resultado, 28 días después de haber abandonado el sanatorio en silla de ruedas, Suárez vivió la que por su repercusión en todo el mundo y las muy especiales circunstancias previas, debe ser la jornada más importante de su carrera.

"Fue un día inolvidable para mi familia y para mí", afirmó el delantero celeste en un vídeo grabado hoy en la concentración de Uruguay en Sete Lagoas y colgado en su cuenta de la red social twitter.

Mientras Ferreira lo mira de reojo y sonríe satisfecho.

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