Mi primera cita con los Campeones del Mundo...y se me rompe la cámara

  • ¿No dicen que el principiante tiene suerte? Pues debo haber sido la excepción que confirma la regla. Murphy (y su maldita regla) se ha fijado hoy en mí para amargarme la cita que tenía con los jugadores de la selección española de fútbol. La cámara de fotos se me ha estropeado, la otra es tan antigua que las fotos han salido en blanco y negro y el móvil casi se queda sin batería. En fin, habrá que ver el lado positivo...cuando lo encuentre.

Manu Albarrán

Amanecía esta mañana en Madrid con un cielo cubierto amenazante de lluvia. Para la mayoría de madrileños hoy sería un lunes más, con la añoranza típica del fin de semana, intentanto arrancar motores y con el único consuelo de aquel vago estudiante que se levantaba el lunes para estudiar el martes, pero al ver el miércoles que el jueves llovía, se preguntaba el viernes: ¿por qué estudiar el sábado si el domingo es fiesta?

Sin embargo, hoy para mí era un día diferente, especial. Era la primera vez que me iba a acercar a los Campeones del Mundo como periodista (o proyecto de él, como algunos dicen). A las 12 de la mañana estaban citados los jugadores en la Ciudad del Fútbol de las Rozas. Allí era donde había que ir.

No es que estuviera especialmente nervioso o emocionado por poder ver a los jugadores de cerca y entrevistarles, pero ya que uno debutaba en esas lides, no hubiera estado de más un poco de ayuda divina.

En fin, que llegué una hora antes, por aquello de asegurar (qué bien se aparca, por cierto). Tocó esperar a los jugadores cual ese chico que espera en el salón de la casa de la chica con la que va a salir por primera vez con el padre de la susodicha al lado. Sin nervios, pero con ganas.

En medio de la maraña de periodistas que todos los días uno ve por la tele, escucha por la radio o leo en los periódicos estaba yo, con mi mochila al hombro, mis dos cámaras de fotos y mi grabadora.

Los preparativos comienzan mal

Como imaginé que los protagonistas no tardarían en venir, había que ir acicalándose. Saqué la cámara buena de fotos y empecé a probarla. Ya en casa me había dado síntomas del típico resfriado veraniego. Pues sí, se confimó que la tormenta de estos días había constipado a mi bonita Nikon. Me dejaba sólo después de todo lo que hemos retratado juntos.

Volviendo a la metáfora de la cita con la chica, yo diría que esto fue algo así como si en el primer mordisco de la cena, me manchara la camisa. Por supuesto, como hombre previsor vale por dos, llevaba otra cámara. Antigua, pequeña, acomplejada al lado de esas cámaras kilométricas de los compañeros; pero menos era nada.

Poco a poco llegaron los primeros jugadores y yo me tenía que multiplicar. Primero hacer la foto de rigor y luego pelearme con los compañeros entorno a los jugadores que hablaban para situar el micro en buena posición.

Y llega el momento de pulsar el botón del pánico

Parecía que todo iba bien. Incluso el sol se atrevía a salir tímidamente entre unas nubes que se alejaban ya de la capital. Justo en ese momento, ocurrió la hecatombe. Mirando el móvil, que era mi única vía de comunicarme con la redacción, me doy cuenta de que esta a punto de 'morir'. Apenas le quedaba batería y aún tenía que enterarme de si Del Bosque convocaba o no a Mata y Torres. Me olvidé del whatssap y de decirle a mi madre que llegaba más tarde de lo previsto a comer.

Pero esto no fue todo, en fin, casi todo. En uno de esos interludios en los que no llegaban jugadores me puse a mirar las fotos que hacía con la otra cámara... la de la época de Constantino. ¡Albricias! (no estoy seguro de que exclamara esa palabra) Las fotos de esta cámara también están saliendo mal.

Pues nada, me rindo. No habrá fotos y mi idea de publicar algunas imágenes propias se va por el retrete. Como diría Homer Simpson: "cojo otro muelle, lo tiro por el retrete y ya son..." A estas alturas la cita con la chica estaría cayendo en picado...

Pero bueno, uno no desiste. Es debutante y siempre queda la ilusión y las ganas por hacerlo bien. 'A ver si me entero pronto de si Del Bosque llama o no a Mata y a Torres e informo a la redacción', pienso para salvar la mañana. Mientras, los jugadores acaban de desfilar por delante de mí (acabo con cuatro fotos quemadasy tres grabacionesque de nada sirven).

Al fin, Raúl Albiol, el último en llegar, enfila el camino de la zona reservada a jugadores y los medios nos podemos ir. Pero ahora dudo: ¿me voy o no? Me han dicho que me informaran al móvil (que sobrevive) de lo de MAta y Torres. Pero hasta la redacción tengo más de media hora de camino en coche. Al final me decido a irme con la esperanza de poder parar si me entero de algo.

En cuanto entro en la M-30 me entero de que Mata y Torres van convocados. No diré que envié un whatssap a la redacción mientras conducía puesto que está prohibido, aunque es verdad la noticia la podéis leer en esta web desde poco después de que me llegara la información al móvil. Y ya estaba todo hecho.

Quizá no ha sido la vez en que mejor me hayan salido las cosas, pero ha sido la primera ocasión que he tenido a los Casillas, Alonso, Navas y compañía al lado y les he mirado no como fan, si no como profesional. Para los románticos, esto supone que el chico en esa primera cita no triunfa, pero el bueno de él no se rinde y consigue más citas en las que seguró triunfará.

En un futuro, más.

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