Mireia Belmonte: la eterna promesa olvidó sus miedos en Dubái

  • Mireia Belmonte se ha confirmado en el Mundial de piscina de corta de Dubái como la mejor nadadora española de la actualidad. Tres medallas de oro y una plata consagraron a nivel internacional a esta catalana que comenzó a nadar para superar una enfermedad, y que ha tenido que pelear muy duro para superar sus temores y bloqueos en las grandes citas.
Mireia Belmonte gana su segunda medalla de oro 44 minutos después de la primera
Mireia Belmonte gana su segunda medalla de oro 44 minutos después de la primera
Aitor Amorós

Recién alcanzada la veintena (Badalona, 10 de noviembre de 1990), la catalana ha protagonizado el Mundial de piscina corta celebrado en Dubái, donde ha sido nombrada "la mejor nadadora" de la cita tras colgarse cuatro medallas, tres de oro y una de plata. Una actuación extraordinaria, englobada dentro del excepcional campeonato de la delegación española, con la que soñaba desde que con cuatro años empezó a nadar por recomendación médica para corregir una escoliosis (una desviación de la columna vertebral).

Se esperaba desde hace tiempo el instante en el que Mireia Belmonte diera un paso adelante y confirmara lo que todos sabían: que es una nadadora excepcional, una de las mejores de la historia de la natación española. Su momento debía ser en Pekín, durante los Juegos Olímpicos, pero la inexperiencia y su falta de confianza en sí misma la hicieron volverse a casa de vacío y con la moral bajo mínimos.

Trabajadora infatigable, siempre ha sabido que debía esforzarse más que el resto de compañeras y rivales para solventar su escasa estatura para este deporte (1'70 m.), y mejorar su técnica, como ha hecho recientemente con su brazada, la cual ha modificado para que sea más profunda. Y en sus clubes, desde el Club Natació L'Hospitalet al Club Natació Sabadell, pasando por el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés, dan fe de ello.

Mireia ha ido acumulando récords a lo largo de su carrera, como el mundial de los 400 estilos, o los nacionales de 400 y 200 estilos, tanto en piscina corta como larga, el de 200 mariposa en piscina larga y el de 200 braza en piscina corta. Si las marcas, el talento, y las ganas de esforzarse y trabajar las tenía, ¿por qué no llegó su explosión antes? En las grandes citas le pudo la ansiedad, las ganas de hacerlo todo perfecto, que acabó bloqueándola hasta impedirle rendir a su máximo nivel.

Las últimas decepciones (Pekín'08, Mundiales de Roma'09 o Europeo de Budapest'10) provocaron decisiones drásticas en su planteamiento deportivo. Tras descartar el irse a una de las mecas de la natación a entrenar (Estados Unidos o Australia), sí que decidió probar con un nuevo entrenador: ahora la dirige el francés Fréderic Vergnoux.

De la mano del técnico galo ha experimentado un gran cambio, tanto mental, ahora tiene más confianza y se sabe capaz de ganar a cualquiera, como físico, ya que las largas sesiones de gimnasio han hecho que gane capacidad muscular y ensanche su constitución. "Ahora estoy más cachas", ha afirmado.

La mente de la plusmarquista española está puesta en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde quiere ganar una medalla "sí o sí". Su intención es retirarse con "25 o 26 años", por lo que la cita londinense será, posiblemente, el momento adecuado para conquistar el ansiado metal olímpico, y con todas las grandes rivales (algo que no ha podido hacer en estos mundiales por las destacadas ausencias). Ya no habrá miedos, ni temores, porque Mireia ha cambiado: ahora sabe que es una ganadora.

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