Mundial 2010. Alemania - Inglaterra: la venganza se hizo esperar 44 años

  • El destino es caprichoso. Sólo así se puede entender que, cuarenta y cuatro años después, salde la deuda que tenía con los alemanes en forma de gol fantasma ante los ingleses.
Neuer observa como el balón entra en su portería en el Alemania - Inglaterra
Neuer observa como el balón entra en su portería en el Alemania - Inglaterra
Getty Images
Aitor Amorós

Durante los días previos al choque entre las selecciones de Alemania e Inglaterra, en la mente de todos los aficionados al fútbol de ambos países ha aparecido el recuerdo del gol de Geoffrey Hurst en la Final del Mundial de 1966. Aquel día, el delantero de West Ham United logró tres tantos (el único en la historia que lo logra en un partido de estas características), pero el más importante fue el que no debía haber subido al marcador.

Con el encuentro en la prórroga, Hurst recibió un balón dentro del área, se revolvió con rapidez y soltó un fuerte disparo que hizo que el esférico rebotara en el larguero y saliera disparado contra el suelo, ante la atónita mirada Tilkowski, el guardameta alemán. El balón no terminó de entrar completamente dentro de la portería, pero el árbitro concedió gol y el anfitrión del Mundial se ponía por delante en el marcador (3-2, aunque el resultado definitivo sería 4-2).

Gracias a Jorge Larrionda, el árbitro uruguayo encargado de arbitrar el encuentro de octavos de final que disputaron Alemania e Inglaterra, y a sus auxiliares, esta deuda se ha saldado en Sudáfrica… aunque el fútbol germano no es uno de los que deban pedir cuentas a la Historia. Además, después de aquel partido, los teutones no han vuelto a perder nunca en sus enfrentamientos mundialista ante los inventores del fútbol.

La Mannschaft jugará los cuartos del Mundial 2010 con merecimiento tras golear por 4-1 a los de Capello, pero todo pudo ser muy distinto si en el minuto 38 un claro gol de Lampard hubiera subido en el marcador, en lo que hubiera sido el 2-2. Con los 'pross' volcados sobre la portería rival, el centrocampista del Chelsea probó fortuna con un fuerte disparo desde la frontal del área que superó a Neuer, tocó en el larguero y botó dentro de la portería, aunque el esférico, caprichoso, salió disparado hacia fuera. El colegiado no concedió gol, y las esperanzas británicas murieron en ese momento. Inconscientemente, sabían que en esta ocasión, el destino no les tenía preparado un buen final.

El gol de Hurst en 1966

El gol fantasma de Lampard en 2010

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