Joachim Löw tiene un bloque definido que intenta tocar lo menos posible. Mertesacker y Friedich son la pareja de centrales que no ha cambiado en todo el Mundial. En los dos primeros encuentros ante Australia y Serbia tuvieron mucha más participación en el juego colectivo que en partidos posteriores. La principal causa es la posesión de balón. Contra Inglaterra y Argentina, Schweinsteiger y Khedira llevaron todo el peso de la conducción alemana.
La banda derecha se rompe para el partido contra España. Lahm y Müller forman desde el inicio del campeonato una conexión más que segura. El defensa se incorpora al ataque en multitud de ocasiones. Müller, la estrella del Bayern de Munich, se perderá la semifinal por acumulación de tarjetas. Podolski y Özil son el complemento ideal para la pareja de centrocampistas. Ellos son los encargados de conectar con Klose. El goleador participa mucho menos en el juego colectivo que Cacau, el delantero suplente.
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