Los amantes de lo ajeno han dado un paso más en su atrevimiento durante el Mundial 2010 y ni siquiera han respetado el hotel oficial de la FIFA, en el que se aloja su presidente, Joeph Blatter, aunque la víctima haya sido el ex jugador argentino Gabriel Batistuta.
El Comité Organizador local ha declinado entrar en el caso, alegando que es competencia de la Policía. "Hay que llamar a la Policía", se limitó a contestar su portavoz, Rich Mkhondo, cuando fue preguntado sobre el particular.
A los robos a periodistas portugueses, españoles, chinos y neozelandeses, se suma ahora el que ha sufrido Batistuta en el hotel Michelángelo", uno de los más lujosos de Sandton, el mejor barrio de Johannesburgo.
Cuando regresó a su habitación, Batistuta descubrió que había recibido la visita de los ladrones. "Me sacaron la tarjeta y unos rands del bolsillo de la campera, que la había dejado en la habitación", dijo "Bati-Gol" a los medios argentinos.
El ex artillero argentino no perdió, pese a todo, su buen humor: "Mi mujer no me cree, me dice que me la hice robar a propósito para ir de compras", bromeó.
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