Murray despierta a Ferrer del sueño australiano

No pudo ser. David Ferrer se quedó a un paso de alcanzar su primera final de un Grand Slam tras caer derrotado ante Andy Murray, número 4 del mundo, en 4 disputados sets (4-6,7-6,6-1 y 7-6) en casi cuatro horas de un encuentro celebrado en la Rod Laver Arena.

El primer set iba a indicar que el pase a la final en este partido iba a estar muy reñido y no iba a ser nada fácil. Ferrer golpeó primero y consiguió llevarse la primera manga por 6-4. El de Jávea mostró toda su fortaleza física desde el inicio y consiguió poner en aprietos al escocés, tanto que éste acabó cediendo el break que sería decisivo. Cuarenta y cinco minutos de juego.

Murray siguió muy sólido a pesar del varapalo. El escocés llegaba a todas las bolas que le proponía Ferrer y además mejoró algo su porcentaje en el segundo servicio, algo que le condenó en la primera manga. Ambos jugadores tuvieron puntos para llevarse el set pero finalmente se lo jugaron en el tie-break donde Andy arrasó sin piedad al español (7-2).

Malas fueron las sensaciones con las que Ferrer acabó esta muerte súbita. Se veía al alicantino sentado quejándose de algún mal golpe y eso pareció descentrarlo. Murray aprovechó la circunstancia y le endosó un 6-1 en el tercer set en 42 minutos. Un tenista se venía arriba: Murray; y el otro abajo, Ferru.

Peor se le pusieron las cosas al español cuando perdió su servicio en el primer juego de la cuarta manga. Lo peor es que fue en blanco y lo más desesperante que Murray parecía imbatible por momentos. El escocés restaba con unos palos tremendos al fondo de la pista para acabar los puntos en la red. Pero Ferrer es raza y le devolvió el break en blanco para poner el 2-2 en el marcador.

El alicantino se volvió a meter en el partido. Los dos tenistas, desde ese momento, mantuvieron los servicios hasta el 6-6 que suponía la segunda muerte súbita de esta dura semifinal. Una vez más, el tie-break fue esquivo para los intereses de Ferru. Murray se llevó el cuarto set y se verá las caras en la final contra el serbio Novak Djokovic. La madrugada australiana acabó por despertar a David Ferrer del sueño australiano.