Nadal-Murray, el plato fuerte de unas semifinales sin Federer

  • Londres.- Rafael Nadal, número 1 del mundo, protagonizará hoy ante el británico Andy Murray el plato fuerte de las semifinales de Wimbledon, que acusan la ausencia del casi omnipresente Roger Federer y que enfrentarán, además, al serbio Novak Djokovic con el checo Tomas Berdych.

Nadal-Murray, el plato fuerte de unas semifinales sin Federer
Nadal-Murray, el plato fuerte de unas semifinales sin Federer

Londres.- Rafael Nadal, número 1 del mundo, protagonizará hoy ante el británico Andy Murray el plato fuerte de las semifinales de Wimbledon, que acusan la ausencia del casi omnipresente Roger Federer y que enfrentarán, además, al serbio Novak Djokovic con el checo Tomas Berdych.

En el All England Club se digiere todavía la marcha, en cuartos de final, del venerado Federer, una constante ya en este penúltimo escaño del torneo hacia la final, donde el suizo buscaba preservar su flamante título de campeón en unas pistas y en una superficie en las que se siente como en casa.

El inesperado adiós del jugador de Basilea, cuyo objetivo de sumar aquí un séptimo trofeo truncó la raqueta del habilidoso checo Tomas Berdych, dejó en shock a un club que aprecia los modales sin mácula del suizo y que no echaba en falta a su primer favorito en una semifinal desde el año 2003.

Sin Federer -quien además pierde el número 2 en el ránking de la ATP-, en escena, muchos miran al español Rafa Nadal, segundo cabeza de serie, como clarísimo favorito para meterse en su cuarta "semi" consecutiva en este Grand Slam.

El manacorense, pentacampeón de Rolad Garros, se encuentra en un momento imparable. Consciente de que su recurrente problema en las rodillas, motivo por el que en 2009 no pudo defender su condición de ganador de Wimbledon, aún no está del todo superado, Nadal mantiene su lesión a raya gracias a un nuevo tratamiento que le funciona a la perfección.

Está animado, se siente fresco y cuenta con boletos reales para llegar a otra final en estas instalaciones, la que sería su cuarta consecutiva. De hacerlo, se uniría en la hazaña a leyendas del tenis como Boris Becker, Bjorn Borg, Roger Federer, John McEnroe y Pete Sampras, los únicos veteranos de este deporte que encadenaron cuatro finales seguidas en Wimbledon en la Era Open.

Además, si el campeón del Abierto de París se la arregla para sortear los obstáculos restantes que le plantea el césped del SW19, tendría posibilidades para continuar moldeando los libros de la historia: Si ganara esta año, junto con Federer y Bjorn Borg, sería el único competidor que en la Era Open suma en cuatro ocasiones el doblete "Roland Garros-Wimbledon".

De los cuatro semifinalistas del cuadro, el zurdo de Manacor es el que más sets ha cedido (5) para llegar a dónde está; y el partido que venció al holandés Robin Haase en la segunda ronda fue el primer duelo que el mallorquín resolvió en 5 sets desde la final del Abierto de Australia el pasado año.

Según su tío y entrenador, Toni Nadal, el balear no es para nada favorito en esta edición. Es más, el preparador del balear tiene muy claro que para, siquiera, soñar con estar en la majestuosa "Catedral" el domingo, primero habrá que resolver el durísimo test que le planteará, previsiblemente, el local Andy Murray.

El escocés, que tan sólo ha cedido un parcial para meterse en semifinales, tiene que lidiar con la presión abrumadora del público británico, ansioso de ver a uno de los suyos competir en la final de este "grande", donde lo hacía por última vez Henry "Bunny" Austin en 1938.

El pasado año, el pupilo de Miles MacLagan estuvo cerca, pero sus ilusiones se hicieron añicos al quedar eliminado en esta misma ronda ante el estadounidense Andy Roddick.

Pero para pensar en la final, el tenista de Dunblane tiene deberes previos. Le espera antes al número 1 del mundo y ganador de la edición del 2008.

"Me queda muchísimo camino para pensar en una final, tengo que ganar primero al mejor jugador del mundo para tener, si quiera, una posibilidad de lograrlo", reconocía Murray esta semana.

La hipótesis de superar a Nadal pasa, primero, por una adecuada preparación mental: Psicológicamente debe creerse que le puede vencer.

El manacorense, por su parte, también encarará el reto de mañana sobrado de motivación y exultante físicamente, al margen de la cautela lógica por ver cómo le responden sus delicadas rodillas: "Llevo ya ganado mucho en estos meses como para no estar con confianza", recordaba Nadal esta semana.

Aunque el hecho de ganar o perder es más, dice, "un tema de nivel".

En este torneo donde el saque es básico, en el que es importantísima la precisión y donde un simple punto puede variar dramáticamente un guión en las canchas, la otra semifinal la disputará el serbio Novak Djokovic y el checo Tomas Berdych, el hombre que mandó a casa al suizo Federer.

Djokovic, ganador del Abierto de Australia en el 2008, contempla esperanzado su segunda semifinal en esta competición, ronda a la que también accedió en el 2007, cuando tuvo que retirarse frente a Nadal con una lesión en el pie, y llegó hasta cuartos de final en el 2009, donde perdió ante Tommy Haas.

El serbio acude muy motivado a su pulso con el checo ya que ve ante sí "una gran oportunidad", propiciada por la eliminación de Federer.

Por su parte, Berdych es el único representante del tenis checo que se mete en semifinales de Wimbledon desde que lo hiciera su compatriota Ivan Lendl en 1990, y ambiciona llegar a la que sería la primera final en un Grand Slam de su carrera.

Tras haber despedido al defensor del título, Berdych tiene razones para sentirse ilusionado. Asombró a las gradas al liquidar al todopoderoso Federer, quien por su parte hablaría posteriormente de unas molestias físicas que podrían haber afectado su rendimiento.

La explicación del helvético no gustó en exceso a Berdych, que consideró que quizá el vigente ganador buscaba una manera de justificar o excusar una derrota.

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