Nadal: regenerarse con tres gramos de confianza en la raqueta

  • "Pase lo que pase, he ido para arriba. Estoy satisfecho". Con estas palabras se sinceraba Nadal en las horas previas a disputar con Djokovic la final del Open de Australia. El serbio alzó el trofeo, en lo que supone su séptima victoria consecutiva sobre el balear, pero durante el encuentro, y a lo largo de todo el torneo, se vieron señales de la regeneración que se ha autoimpuesto Nadal para volver a lo más alto y recobrar la pasión por el tenis que había perdido.
2012 Australian Open - Day 14
2012 Australian Open - Day 14
Aitor Amorós
Aitor Amorós

Cuando terminaron los festejos por la conquista de la Copa Davis ante Argentina, Nadal tenía claro que iba a guardar las raquetas en el armario y, durante unas semanas, no iba a tocar ninguna. "Estoy harto del tenis" llegó a decir a su equipo. Necesitaba parar y desconectar de una temporada que había sido extenuante (como todas), pero en la que las decepciones en forma de derrotas ante Djokovic le habían minado. Había que "reiniciar" y pensar en 2012.

En las reflexiones que hicieron durante esas vacaciones para desconectar, Nadal y su círculo más cercano llegaron a una conclusión: hay que progresar. Con un rival como el serbio, que le tenía tomada la medida, era necesario no estancarse en su tenis y buscar alternativas. Con nuevas armas, además, encontraría nuevas motivaciones para encarar los partidos y los torneos.

El ejemplo que él mismo se ponía era el de Federer. Nadal considera al suizo el mejor tenista de la historia, pero es consciente de que le tiene tomada la medida. Y sabe el motivo: Federer no ha buscado alternativas para ganarle. El de Basilea es el tenista con más talento del circuito, pero a Rafa su forma de jugar no le hace daño. En cierta medida es como lo que sucede entre su 'querido' Real Madrid y el Barcelona en el ámbito futbolístico. No quería que le pasase eso con Djokovic, y se impuso la obligación de dar un paso adelante y progresar.

El primer cambio fue leve, sólo supuso tres gramos, pero está siendo decisivo. Esos tres gramos es el peso en plomo que ha añadido en la punta de su nueva raqueta. Con ello buscaba mayor agresividad y profundidad en sus golpes, dotar de más carga las bolas profundas, pero también evitar lesiones. Con ese peso nuevo en la raqueta, a la hora de impactar las pelotas la repercusión sobre su cuerpo es menor.

Nuevos golpes y nueva raqueta. El siguiente paso era reencontrarse con la pasión por el tenis, con las ganas por jugar. En eso se centraron muchos de los entrenamientos de pretemporada. Parecido a lo que hizo Ricky Rubio antes de aterrizar en la NBA tras una temporada en la que las críticas mellaron su confianza hasta convertirle en un jugador común. Con entrenamientos en solitario, juegos, retomando sensaciones y vibraciones olvidadas, el base de Minnesota Timberwolves aterrizó entre la mejor liga de baloncesto del mundo siendo un jugador renovado, y en un mes de competición ha enloquecido a todos. Rafa ha buscado también reencontrarse con esas sensaciones olvidadas. Y las ha encontrado.

"El año pasado, podía ir ganando partidos, pero la línea de tenis no era de un jugador de alto nivel. Ganaba porque soy quien soy, pero ahora estoy ganando por tenis", afirmó los días previos a la final el tenista balear. En la majestuosa pista Rod Laver Arena tendría que volver a verse las caras con su bestia negra, con Djokovic, y con el primer título 'grande' en juego. La historia se repitió y el serbio ganó el título, pero tras un extraordinario encuentro que llegó a los cincos sets y a las casi seis horas de duración. Rafa lo tuvo muy cerca, mucho más que en cualquier otro enfrentamiento en 2011. La regeneración ha funcionado.

 

Mostrar comentarios