Neil Robertson derrota a Graeme Dott y se convierte en nuevo campeón del Mundo de Snooker

  • El australiano Neil Robertson se ha proclamado campeón del Mundo de Snooker de 2010 tras vencer en una maratoniana final al escocés Graeme Dott por 18-13.
Neil Robertson
Neil Robertson
lainformacion.com
N. Díaz

Tras más de 12 horas de juego, el mundo del snooker ha coronado a su nuevo campeón. Se trata del australiano Neil Robertson, que se adjudica este título por primera vez, al derrotar al escocés Graeme Dott por 18-13. El rubio jugador consigue así su cuarto trofeo en el mundo profesional y mantiene su récord de ganar todas las finales que ha disputado. De esta manera sucede al actual campeón, John Higgins, actual número uno del mundo y apartado provisionalmente de competición mientras se investiga un posible caso de soborno. Por su parte, Dott se queda sin revalidar la victoria que sí consiguió ante Peter Ebdon en el año 2006.

Todo sucedió después de dos días de juego y cuatro sesiones, donde se vio a dos jugadores tremendamente nerviosos e incluso renegando de su propio estilo de juego, que suele ser considerado de ataque. Robertson comenzó perdiendo la primera sesión del domingo por 3-5. Pero por la noche le endosó al escocés un parcial de 6-2 que le sirvió para comenzar el lunes con un 9-7. Neil ya no abandonó la delantera hasta el 18-13 definitivo. La sesión de la tarde del lunes dejó un 12-10 favorable al rubio jugador. Dott, al que la suerte no le acompañó en ningún momento, estuvo a punto de empatar a 12 o 13 pero fue incapaz.

Robertson, por su parte, seguía a lo suyo, a defender la ventaja, nada bien por cierto, y esperar el fallo de Dott antes que su acierto. Abandonaba así su habitual estilo de juego, basado en atacar bolas, sobre todo a larga distancia. Los frames finales fueron excesivamente largos, con dos de ellos por encima de los 45 minutos. Dott recortaba distancias a un 15-13 tras un error garrafal del australiano en una bola negra. Parecía que el escocés despertaba. Pero llegó casi el golpe definitivo que le termino por hundir. Graeme falló una bola roja y le puso la alfombra a Robertson para anotarse el 16-13.

Ahí se acabó todo. Dott no se levantó de ese error y Neil se llevó los dos frames siguientes, que le servían para llegar al 18 (la final era al mejor de 35). Con la partida ya ganada se dedicó a seguir metiendo bolas y a mandar besos al palco donde se encontraba su madre. El teatro Crucible de Sheffield veía ondear por primera vez la bandera australiana. Robertson se convierte en número dos del mundo y posiblemente en el uno si la sanción a John Higgins se convierte en definitiva.

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