Nibali se licencia en el Tour

Luis Miguel Pascual

Sheffield (Reino Unido), 6 jul.- El italiano Vincezo Nibali se enfundó hoy el último maillot de líder de una grande que le faltaba. Solo otro ciclista en activo ha logrado el liderato de Tour, Giro y Vuelta, el español Alberto Contador.

"Es un honor, algo que muy pocos han podido conseguir, estoy muy emocionado", afirmó el "tiburón", nacido el 14 noviembre de 1984 en la localidad siciliana de Messina y que esta temporada desembarcó en la formación Astana con el estatus de estrella mundial.

El transalpino se tomó, de golpe dos revanchas. La primera con su equipo, cuyo director, Alexadre Vinokurov, le llamó a capítulo hace unos meses por la ausencia de resultados. Y la segunda con el Tour, que sistemáticamente le sitúa un escalón por debajo del británico Chris Froome y del español Alberto Contador.

Ganador de la Vuelta a España en 2010 y del Giro de Italia de 2013, Nibali tiene marcada en su agenda el Tour de Francia.

Astana, un equipo de grandes ambiciones se lo exige como respuesta al salario de 4 millones de euros que le puso para hacerse con sus servicios.

El que paga exige y los kazakos no se conforman con el campeonato nacional italiano que el siciliano logró hace unos días y que hasta hoy era su único triunfo de la temporada.

Ahora, Nibali ha dado un golpe de efecto al Tour logrando el amarillo desde el segundo día, lo que obliga a repartir de nuevo las cartas de la ronda gala.

Lo hizo al término de la primera etapa con dificultades montañosas. Los favoritos guardaron fuerzas para el final, pero en la última cota, el ascenso a Jenkin Road, de cuarta categoría, todos probaron. Primero Contador. Luego Froome. Pero no era un puerto suficientemente duro como para marcar diferencias.

Nibali aguardó a que llegara su terreno, el descenso y logró unos metros que a la postre fueron suficientes para ganar la etapa con 2 segundos de ventaja con respecto al pelotón.

Todo el mundo decía que la etapa era una copia de la Lieja-Bastoña-Lieja y el italiano conocía esa carrera, donde fue segundo en 2012, cuando se quedó a las puertas de la victoria. En esta ocasión llegó hasta el final.

Considerado por muchos el tercer hombre de este Tour, Nibali pretende anteponer su desparpajo en la carrera a la matemática del Sky de Froome.

"Todo el mundo sabe que yo puedo cambiar la carrera y por eso me temen", señala "el Tiburón", que sin embargo alberga la duda de saber si su nivel será suficiente para inquietar a lo dos principales candidatos.

"Mi forma de correr es buscar romper lo previsto y por eso gusta tanto a la gente. En ciclismo no todo se puede dominar", agrega.

En 2012 ya intentó hacer temblar el edificio de la formación británica, entonces liderada por Bradley Wiggins, con Froome como fiel escudero. Fue el único que pareció poner problemas al Sky y su recompensa fue el tercer puesto del podium de París, el único que atesora en la ronda gala.

Ahora regresa con ambiciones renovadas. "El Tour es una guerra y toda batalla es buena para lograr el triunfo", afirma el italiano, que ha golpeado antes que ninguno de sus rivales.

Nibali debe ahora mostrar sentido táctico. "No voy a perder la cabeza por mantener el maillot amarillo, aunque mi objetivo es llevármelo a casa", afirma.

Para ganar el Tour, el ciclista debió tomar la decisión dolorosa de no correr el Giro, un título que defendía y que los aficionados italianos no entendieron bien.

"No fue fácil tomar esa decisión, pero estoy convencido de que si quieres ganar el Tour solo puedes hacer una de las grandes, porque el esfuerzo que exige es enorme", indica.

El de 2014 es un buen recorrido para el italiano, con una única contrarreloj, mucha montaña y multitud de trampas a lo largo de los más de 3.600 kilómetros.

"El peligro puede estar en cualquier lugar", señala, silencioso, el "Tiburón" a la espera de lanzar su ataque.