Nueva Zelanda, "el Brasil del rugby" dio clase maestra en el Millennium

  • "Son los brasileños del rugby", con esta frase resumió el técnico francés Philippe Saint André, comparando a los All Blacks con la 'canarinha' de fútbol, lo que sentía tras la derrota humillante de su equipo ante Nueva Zelanda en cuartos de final del Mundial (62-13), el sábado en el Millennium de Cardiff.

Nueva Zelanda, un país de apenas 4,5 millones de habitantes, no se puede comparar con el gigante brasileño en cuanto a población (más de 200 millones en el país sudamericano), pero en términos de rugby ha ganado dos mundiales (1987 y 2011), ha sido una vez segundo (1995), dos tercero (1991 y 2003) y una cuarto en las siete ediciones precedentes.

Pero sobre todo, los All Blacks han ganado trece de las veinte ediciones del Rugby Championship, el Campeonato del Hemisferio Sur, donde participan Australia y Sudáfrica y desde 2012 Argentina.

Brasil, con sus cinco títulos mundiales, domina el palmarés de la historia de en fútbol, y algunos comparan a esta selección de Nueva Zelanda, con wings habilidosos como Julian Savea y Nehe Milner-Skudder y un equipo lleno de figuras, que domina el rugby desde hace cuatro años, con la selección auriverde de Pelé y Jairzinho de México-1970.

Nueva Zelanda, marcando nueve tries, logró ante Francia la mayor diferencia de la historia (49 puntos) en un partido de cuartos de final de un Mundial, doctorándose en el Millennium, para muchos la verdadera catedral del rugby, por encima de Twickenham.

Uno de los héroes del partido contra Francia fue el wing Nehe Milner-Skudder, de apenas 1,82 metros, autor del segundo try de su equipo, tras una carrera "maradoniana" en que quebró a toda la defensa francesa.

"¿No es maravilloso para el rugby que todas las tallas de jugadores puedan jugar?. Nehe refuerza ese pensamiento", afirmó el seleccionador neozelandés Steve Hansen, respecto a la decisión de poner a Milner-Skudder en lugar del gigante Waisake Naholo como segundo wing junto a Julian Savea.

"No necesitas pesar 110-120 kilos como wing. Es pequeño, pero puede quebrar en un metro y tiene un gran aceleración lo que es bueno", añadió Hansen,

Julian Savea, autor de tres de los nueve tries ante Francia y nombrado mejor jugador del partido, tampoco en muy grande o pesado (1,92 metros).

"Haber participado en este partido de cuartos de final y ser parte de este equipo y del ambiente que le rodea, es un gran privilegio y honor para mí y para mi familia. No puedo decir con palabras lo especial que es para mí", señaló Savea.

"Todo el equipo mostró un gran nivel contra Francia. Estoy muy orgulloso de mis compañeros, desde el pitido inicial hasta el final", añadió Savea.

El segunda línea Brodie Retallick, autor del primer try en el partido contra Francia, tras tapar una patada de Frederic Michalak, afirmó que los wings de Nueva Zelanda son un espectáculo.

"Es siempre asombroso ver a nuestros backs cuando tienen la pelota, especialmente con Jules (Savea) superando a los defensas", dijo Retallick.

Ian Foster, técnico asistente de Steve Hansen en la selección neozelandesa, reconoció el buen nivel del equipo.

"Fue una de las mejores actuaciones del equipo en mucho tiempo. Tuvimos pelotas rápidas y de calidad, y el enlace entre backs y forwards fue excelente", señaló.

Pero Nueva Zelanda no ha ganado nada todavía y los All Blacks prefieren tener los pies en el suelo de cara al partido de semifinales contra Sudáfrica, el sábado en Twickenham.

"Hemos estado precisos en todo lo que hicimos. Estamos contentos con lo que hemos hecho contra Francia, pero solo hemos logrado superar una ronda. No nos vemos más guapos", señaló el capitán neozelandés Richie McCaw para rebajar la euforia.

El segundá línea McCaw y el apertura Dan Carter, poseedor del récord mundial de puntos en partidos internacionales (1.569), dejan los All Blacks tras el torneo y quieren hacerlo dando a su equipo su tercer título mundial.

psr/jt

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