Málaga, 7 ago.- Nuria Fernández consiguió su tercer título nacional de 800, doce años después del segundo, pese a sus problemas en el menisco externo de la rodilla izquierda, que la obligaron a correr infiltrada, pero confía en resistir para el Mundial.
"Ha sido una pena el viento y el calor. No he querido arriesgar porque tengo roto el menisco externo y he tenido que correr infiltrada, pero estoy contenta, afinando para el Mundial", declaró a EFE la atleta madrileña.
"La ilusión es lo último que se pierde", prosiguió, "y en Daegu, con tres carreras, no se saldrá a tope. El nivel mundial ha subido mucho. Este año hay doce atletas con menos de 4:01 y yo estoy en el puesto 20, así que va a estar muy complicado".
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