Open de Australia: donde Nadal hizo llorar a Federer

Las pistas azules de Melbourne ya están listas. Por delante, dos semanas de tenis y multitud de partidos para conocer al ganador del primer Grand Slam del año. Y, como siempre que se cruzan los dos mejores de la raqueta, los espectadores rezan porque se produzca una final entre Roger Federer y Rafael Nadal.

Los dos, que ya han hecho historia, pretenden conseguir el Gran Slam, esto es conseguir los cuatro grandes (Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open) en la misma temporada. Nadal podría hacerlo aunque de una manera un tanto diferente. El de Manacor completaría el "círculo" de manera consecutiva pero no en la misma temporada. Rod Laver, un mito del tenis y que lo hizo en su día, ha afirmado que lo de Rafa "no sería un Grand Slam".

En cualquier caso, la carrera comienza en Australia. El suizo defenderá el título que la pasada campaña le arrebató en la final a Andy Murray  y que le sirvió para desquitarse de uno de los peores momentos que Federer sufrió en una pista de tenis. Fue el 1 de febrero de 2009. Nadal se llevó el título en un durísimo partido que llegó al quinto set.

Nada hacía presagiar lo que sucedería minutos después del golpe ganador del jugador mallorquín. Mientras los voluntarios colocaban todo para la entrega de trofeos, Roger se escondía bajo la toalla. No eran buenos momentos para uno de los tenistas más grandes de la historia. En el discurso de agradecimientos, Federer se hundió y comenzó a llorar mientras murmuraba un "esto me está matando…".

El suizo tuvo la ayuda de uno de sus mejores amigos dentro del circuito, Rafa Nadal, que intentó consolarlo sin demasiado éxito. Ese día, esa final, fue cuando el de Manacor no sólo le ganó una final a uno de sus principales rivales, sino cuando le venció de otra manera, quizás la más importante de todas: en el terreno psicológico.