Panathinaikos – CSKA de Moscú: duelo de coronas en Atenas

  • Son junto al Maccabi Tel Aviv las dos dinastías que dominan actualmente Europa. Sobre el parquet del pabellón OACA estarán algunos de los mejores jugadores del continente y dos camisetas que suman 12 Euroligas.
Panathinaikos – CSKA de Moscú: duelo de coronas en Atenas
Panathinaikos – CSKA de Moscú: duelo de coronas en Atenas
lainformacion.com
José Martínez

'Los verdes' contra el 'Ejército rojo'. La afición del Panathinaikos afina sus gargantas para recibir como se merece en el pabellón OACA al CSKA de Moscú. Dos de los equipos más poderosos de Europa, dos de las mejores plantillas y dos estilos: la renovación rusa frente al continuismo heleno, de nuevo frente a frente este jueves.

Jonas Kazlauskas está ante el reto más difícil de su carrera, superar la depresión del CSKA en la Copa de Europa. En 2010 el papel del equipo moscovita fue ridículo, últimos de su grupo con solo tres victorias, lejos de las dos Euroligas del megaproyecto de Ettore Messina o de la Final Four a la que llegó el veterano Pashutin el año anterior. Esa es la misión del técnico lituano, que entrenó a Olympiacos y luego a la selección griega. Conoce de sobra a Panathinaikos, cuyo banquillo no se discute.

Zeljko Obradovic tiene más Euroligas –ocho- que su propio equipo –seis-. No hay mejor forma de definir al entrenador serbio, del que Messina aprendió y le imitó, pero nunca le pudo ganar un título. El CSKA sucumbió en dos de las cuatro finales que disputó en el último lustro contra el equipo del trébol. Las otras dos se las ganó al Maccabi. Todos los equipos tienen chinas en los zapatos.

No hubo color el curso pasado y los del Pireo se llevaron los dos únicos encuentros que disputaron entre ellos. Para los rusos, ese año de transición es agua pasada gracias a la llegada de Andrei Kirilenko. El exjugador de Utah Jazz llegó como agente libre este verano y desde el primer momento impuso su ley en Europa. 14,8 puntos y 8,7 rebotes de media, bordea el doble – doble en un equipo dirigido por Teodosic y Shved, en el que despunta el joven Vorontsevich y Lavrinovic y Krstic ayudan en la pintura. Siskauskas aún no ha aparecido en todo su esplendor.

Del otro lado, la tripleta de bases compuesta por dos veteranos, Jasikevicius y Diamantidis, y joven Calathes, que año tras tiene más protagonismo y deja pinceladas de su formación americana. David Logan y Stephen Smith anotan desde el perímetro y en el juego interior, dos de los pívots más físicos del continente, Batiste y Sato. En el parquet, el presente; en el recuerdo, finales agónicos y partidos como el de Dominique Wilkins con Panathinaikos -35 puntos - en la semifinal de 1996. Ese año, el último de Panagiotis Giannakis, la Euroliga fue helena tras el tapón ilegan de Vrankovic a Montero. Pero esa es otra historia.

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