'Manolito' vuelve a ser Adebayor

Aunque su salida del Arsenal para fichar por el Manchester City no fue amistosa, su pasado gunner le sigue tirando, un partido ante el gran rival del norte de Londres, ante los Spurs, siempre es especial para Adebayor. En esta ocasión, luciendo la camiseta del Madrid, se le notó enchufado y activo. Seguramente los pitos de los miles de aficionados llegados desde Inglaterra le terminaron de motivar.

También tenía una reválida: con la ausencia de Benzema por lesión e Higuaín aún afinando su puesta a punto, era el momento de decir "aquí estoy yo". Y lo hizo. Eso sí, con su eterna sonrisa en la cara, con la alegría que ha conquistado a sus compañeros y al madridismo.

Al poco de comenzar, cuando apenas se habían disputado cuatro minutos, abrió el marcador, un tanto que hizo la vida más fácil a sus compañeros y pesó en sus rivales. A la salida de un córner, Adebayor remató de cabeza con fuerza llegando desde atrás. Gomes no pudo atajar el esférico, y con la ayuda (involuntaria) de un compañero que protegía el palo, el balón entró en la portería.

Con la confianza por las nubes, el delantero togolés cumplió a la perfección la función de ariete 'boya' que le asignó Mourinho. Como referencia única en la punta de ataque se ofreció siempre a sus compañeros, aguantó el balón de espaldas a la espera de que sus compañeros continuaran las paredes, y en varias ocasiones buscó el disparo tras girar con velocidad su 1,91. Los centrales londinenses soñarán con él, y el Bernabéu se entregó con desenfreno a su jugador, coreando "Manolito, Manolito".

Ocasiones tuvo para ampliar su renta, como un remate finalizando una gran combinación entre Xabi Alonso, Özil y Marcelo, o una internada en el área en la que Gallas le derribó y que los madridistas protestaron como posible penalti. Hasta la segunda parte no logró cerrar su doblete. Con un espectacular testarazo, elevándose en el área y ante la mirada de Gallas (que era su marcador), hizo aún mejor el gran centro desde la banda de Marcelo, colocando el balón en la escuadra de la portería del Tottenham.

Con el trabajo bien hecho, en el minuto 73 Mourinho decidió sustituirle para dar entrada a Higuaín. Sus aficionados, puestos en pie, le despidieron con una cerrada ovación, mientras 'Manolito', como es habitual en él, sonreía. Un hombre feliz que alegrÓ la noche al madridismo y encarriló el pase a las semifinales.