En la última jornada de la Bundesliga sucedió un hecho insólito, nunca antes visto en el fútbol profesional. En el partido entre el Colonia y el Borussia Mönchengladbach, los futbolistas del equipo visitante, Marco Reus y Mike Hanke, se jugaron a piedra, papel o tijera el lanzamiento de una falta. Como si fueran niños y ante la atenta mirada de su entrenador, que no daba crédito a lo que veían sus ojos, los jugadores comenzaron a jugar al mítico juego infantil para decidir quién lanzaba la falta.
Un hecho que no evitó que el Mönchengladbach se llevara la victoria por 0-3 y continúe como colíder, empatado a puntos con el Borussia Dortmund y siendo el equipo revelación del campeonato alemán.
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