El guardameta de la Copa en el Barcelona disputó su primer partido en Liga desde la temporada 2008-09, en la que jugó dos encuentros. En una campaña en la que ha ocupado más titulares por sus famosos silbidos (que le han costado multas y tarjetas), Pinto tenía ante sí la oportunidad de demostrar que no es una comparsa en este Barcelona. Y no la desaprovechó.
Tuvo el cancerbero culé una primera parte relativamente tranquila, en la que sólo le inquietó Susaeta con al poco de sonar el pitido inicial. Fue en una gran acción de Llorente en la que tuvo que emplearse a fondo, y salvando a su equipo de recibir un gol.
Tras el descanso, y con la entrada de Toquero en el campo, las cosas cambiaron. El arranque inicial del Athletic hizo sufrir, y mucho, al equipo de Guardiola, que se veía desbordado. No recibió mucha ayuda Pinto de Busquets, que hizo un claro penalti sobre Llorente. Iraola lo transformó, aguando la noche al andaluz.
Messi resolvió cerca del final, como suele hacer siempre, el partido para el Barcelona, y Pinto se pudo ir para casa satisfecho con la victoria, sin recordar el gol encajado, y recordando sus buenas paradas. Unas paradas que sirvieron para mantener la distancia de cinco puntos sobre el Real Madrid.
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