¿Por qué el Barcelona de Luis Enrique es el mejor equipo del momento?

    • Ha ganado últimos ocho partidos que ha disputado en los que ha anotado 28 goles a favor y sólo ha recibido cuatro en contra.
    • La MSN, su mejoría en defensa, la presión tras pérdida y la capacidad para contragolpear, clave en la mejoría del conjunto del técnico asturiano.
Messi, Neymar y Suárez, el mejor tridente del mundo. / AFP
Messi, Neymar y Suárez, el mejor tridente del mundo. / AFP

Pocas dudas hay al respecto. Con permiso del Bayern de Múnich de Pep, que como es habitual sigue arrasando en Alemania, el Barcelona es el mejor equipo del momento. Las sensaciones y los números lo demuestran. Pocos se lo reconocen pero Luis Enrique ha logrado aunar un bloque que sigue haciendo historia. Porque después del año del triplete, donde hubo escepticismo con respecto al juego (el Barcelona no mostraba la misma fluidez que en antaño), ya nadie se esconde a comparar el mejor Barcelona de Pep con el de Luis Enrique. Quizá el técnico asturiano no tiene ese aura de Guardiola pero su equipo también está entrando en los libros de historia.

Desde que a principios de octubre cayera derrotado en el Sánchez Pizjuán (2-1), el conjunto culé suma todos sus partidos por victoria a ritmo de goleada. Todo comenzó con una goleada al Rayo Vallecano (donde sufrió) por 5-2 hasta la de este sábado ante la Real Sociedad (4-0). Entre tanto, ochos triunfos con 28 goles a favor y tan sólo cuatro en contra. Entre ellos, un recital excelso en el Santiago Bernabéu donde el Barcelona dio un golpe sobre la mesa y dejó claro que este año vuelve a ser candidato a todo porque está dos escalones por encima al resto de sus rivales.
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Messi, Neymar y Luis Suárez, el mejor tridente de la historia

Ya no hay dudas. La MSN es el mejor tridente del mundo y puede que de la historia. Los números lo dictan. 30 de los 33 goles del conjunto culé en Liga BBVA se los reparten entre Neymar, Suárez y Messi. Palabras Mayores. Sólo Vermaelen, Bartra e Iniesta han sido capaz de meterse en el área goleadora de los, a día de hoy, tres mejores delanteros del mundo. Hace unos días, Simeone en rueda de prensa dejó claro que la buena relación entre los tres está haciendo crecer a cada uno de ellos que están promediando unos números de escándalo.

Entre los tres sobresale la figura del pichichi Neymar, que acumula 14 goles en Liga BBVA y dos en Champions League. El brasileño se está reafirmando como el segundo mejor jugador del mundo pero por lo de Luis Suárez también da para sobresaliente. El uruguayo lleva dos goles menos en Liga (12), pero acumula 18 goles en los 20 partidos en los que ha disputado de la temporada. A eso hay que sumarle las nueve asistencias que ha repartido. Ambos fueron el sustento del Barcelona ante la ausencia de un Leo Messi que, a pesar de haber estado dos meses lesionado, acumula 9 tantos en 13 partidos.

Así, Neymar y Suárez, con sus goles a la Real Sociedad, Neymar y Suárez se convirtieron en la mejor pareja goleadora de la historia del Barcelona en los últimos 25 años. En 13 jornadas de la Liga, el brasileño y el uruguayo han anotado entre los dos 25 goles, una cifra solo superada por César y Marcos Aurelio en la temporada 1950-1951, que consiguieron 27 tantos.


Mejoría en defensa

La fragilidad defensiva fue uno de los principales problemas de Luis Enrique en el comienzo de temporada. Mascherano llegó mermado de la Copa América, Piqué no mostró el nivel de ahora y los problemas con las lesiones (la lesión de Bravo influyó) mermaron a un Barcelona que hacía aguas atrás.

En su primeros 12 partidos oficiales de la temporada, contando los dos goles recibidos ante el Sevilla en el Pizjuán, los culés habían recibido nada más y nada menos que 17 tantos. Tapar el agujero defensivo ha sido clave para confirmar su liderato en Liga y cerrar su pase a octavos de la Champions. Y es que en los últimos 8 partidos sólo ha encajado cuatro tantos (2 ante Rayo Vallecano y uno ante Eibar y Roma).

Capacidad para jugar a la contra

Es la gran obra de Luis Enrique: la capacidad para que su equipo se adapte a todo tipo de situaciones. En sus primeros días en el banquillo culé se le denostó por retroceder líneas y buscar la velocidad arriba de la MSN, pero ya nadie le guarda rencor por osar a entregarle el balón al rival. Ese fue su gran mérito en su primer año en el banquillo donde emuló a Pep Guardiola logrando tres títulos en su debut como técnico culé.

El asturiano otorgó al Barcelona un nuevo registro que, un año más tarde, le sigue dando réditos ante equipos que apuestan por ser protagonistas con el balón. Ante tal tesitura el Barcelona ya no es un ortodoxo de la posesión: si alguien quiere disputar el balón no hay problema en entregárselo.

Presión alta tras la pérdida de balón

La presión alta tras la pérdida de balón fue el gran paso hacia adelante del Barcelona de Pep Guardiola. En el reconocido como mejor equipo de la historia del club había una premisa clara: apretar en área rival para recuperar el esférico lo más rápido posible. Esa fue la esencia de un equipo que lo ganó todo y que tras la marcha del técnico buscó con vehemencia. Con Tito Vilanova aminoró a pesar del sobresaliente resultado del técnico en el banquillo y con el Tata Martino nunca apareció. El técnico argentino había hecho de Newell's un equipo intenso y con capacidad para presionar arriba pero esta nunca llegó.TIKI TAKA I Así se divierten los azulgranas antes de un gol... ante el Roma https://t.co/hAW5zcXXfTpic.twitter.com/EfL9PWPIpT— @EDHdeportes (@EDHdeportes) noviembre 24, 2015

También tardó en aparecer con Luis Enrique pero después de la exhibición en el Bernabéu ha quedado claro que aquel Barcelona que buscaba el balón en área rival ha vuelto. Ante el Real Madrid, Roma o Real Sociedad se pudo ver claro. Neymar y Luis Suárez comienzan a tapar línea de pase a lo que se suman los dos volantes, ya sean Rakitic, Iniesta o Sergi Roberto. La influencia de ambos laterales a la hora de elaborar la presión también está siendo clave, como se pudo comprobar en el gol de Messi ante la Roma donde Dani Alves llegó a línea de gol. Eso le hace tener mayores rangos de posesión y poder ser más influyente en el ataque en estático.

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