Por qué el deporte español está en bancarrota

    • El deporte ha tenido que encajar tres 'goles' en esta crisis: la reducción de los presupuestos institucionales, la caída de ingresos por patrocinio y, en propia puerta, su mala gestión financiera.
    • Ahora tiene por delante el reto de reinventarse para que los deportistas alcancen su meta... pese a las dificultades económicas.
Feliciano López reedita su triunfo en la prueba de "El saque más largo"
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Irene Rivas | Revista Capital

El deporte tiene que encajar tres goles en esta crisis, uno de ellos en propia puerta: la reducción de las partidas presupuestarias institucionales (federaciones) y de los ingresos propios (clubes); la caída de la facturación por patrocinio y, también, su mala gestión financiera en los tiempos de bonanza.Los números hablan por sí solos y el aviso a navegantes está ya lanzado. En la esfera pública, el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal, avanzó hace unos días a las 66 federaciones que las subvenciones del Gobierno se recortarán en 2013 una media del 40%. En algunos casos, el ajuste será del 25%, pero en otros llegará hasta el 60%. ¿De qué dependerá? De si los deportes son o no olímpicos y de los resultados obtenidos.Así, por primera vez, el CSD aplica su particular versión del premio y castigo para optimizar recursos. Esta decisión podría hacer mucho daño a las federaciones que no alcanzaron su meta en Londres, entre ellas, la de Atletismo que, en 2011, fue la que más dinero recibió tras la de Fútbol. Eso sí, pondrá en valor las medallas de natación, taekwondo y piragüismo.En el aro están también las posibles fusiones entre federaciones, que podrían llevar a agrupar, por ejemplo, las distintas modalidades de tiro o de tatami.Ahora bien, este importante tijeretazo se suma a los ya aplicados desde 2009, aunque este año la llama olímpica elevó el presupuesto total hasta los 192,7 millones (la partida destinada estrictamente a las subvenciones ya sufrió un recorte del 25%).Plan de austeridadLas federaciones esperan a conocer la intensidad del sacrificio económico a la vez que elaboran un plan de austeridad. Pero las reacciones ya están ahí. El presidente de la Federación de Natación, Fernando Carpena, llegó a sugerir "hacer una sentada" para cambiar las cosas.Su equipo matizó después que llamaba a la reflexión antes del ajuste definitivo. En otra posición se sitúa el presidente de la Federación de Baloncesto, José Luis Sáez, que afronta el momento económico como un reto. "Hay que explorar otros métodos, transformar la cultura de gestión y lanzar nuevos productos. En definitiva, funcionar como una empresa", defiende. "No voy a hablar de futuro sin trabajar para mejorar el presente", asegura acallando las voces que prevén que el ajuste se traducirá en un fracaso deportivo en Brasil 2016.Pero las advertencias del Gobierno no quedan ahí. Aunque el programa de becas ADO parece estar a salvo, de momento, peligran los grandes eventos que acogerá España en los próximos años, a excepción de la candidatura de Madrid 2020. En agenda están los Mundiales de Balonmano y Natación en 2013, así como los de Baloncesto, Ciclismo y Vela en 2014.En el ámbito privado, el de los clubes, no hay cifras globales, pero sí el sentir generalizado por parte de los expertos de que la crisis aprieta a sus principales fuentes de financiación: la recaudación por venta de entradas (que supone el 30% de sus ingresos) y la entrada televisiva (40%). El patrocinio (el 30% restante), también está en horas bajas como veremos a continuación.Con estos elementos, el doctor en Economía José María Gay de Liébana aporta la visión más agorera de la crisis apuntando, precisamente, al deporte rey. "El fútbol se está muriendo por su mala gestión económica. Le quedan sólo cinco años y los estadios me dan la razón", avisa para criticar que Madrid y Barça "se comen" casi la mitad del pastel en el reparto de los derechos televisivos.El informe de Gay de Liébana recoge que sólo los madridistas y los azulgrana tienen "gran capacidad" de generar ingresos (479 y 450 millones, respectivamente), frente a una mayoría de clubes que tienen pocos recursos para sobrevivir. En la parte baja de la tabla, la facturación del Levante es de sólo cinco millones.Anunciantes en horas bajasEl segundo tanto encajado tiene que ver con la importante caída de los patrocinios tanto en las federaciones como en los clubes. Los anunciantes, que han encontrado desde hace años en el deporte un gran atractivo por su porcentaje de retorno, también viven momentos difíciles.En especial, los expertos destacan la caída de los patrocinios de los dos sectores más tocados por la crisis (construcción y inmobiliario) y de las administraciones autonómica y local, también hoy en números rojos y bajo vigilancia.El director del curso especializado en marketing deportivo del ESIC, Antonio Lacasa, recuerda que la caída del patrocinio se sitúa de media en el 10%, según un informe de Infoadex. Pero aventura que 2012 será peor. Pese a todo, ve en el anunciante "la única tabla de salvación" para superar la crisis si se potencian los valores del club o el deportista y se humaniza la marca acercándola al consumidor. Sáez no duda en reconocer que el sponsor se ha convertido en "un miembro más de los equipos".En un panorama tan ajustado, ¿qué buscan los patrocinadores? "Notoriedad mundial para que el reembolso traspase fronteras", responde el socio de Deloitte, Enrique Domínguez. Esto penaliza a los equipos locales que, a veces, sólo ven una salida en los crazy investors, magnates rusos o jeques árabes que compran clubes.Para encontrar explicación al tercer tanto que la crisis mete al deporte, basta con mirar al momento económico general. "No se puede gastar más de lo que se ingresa", repite una y otra vez el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para justificar los recortes.Y esa teoría es válida para clubes y federaciones: la mala gestión financiera ha situado a los equipos en este punto y la meta pasar por lograr el anhelado equilibrio presupuestario.Esta deriva en sus finanzas ha tenido varias traducciones. En cuanto a su principal activo, los deportistas, ha supuesto la fuga de cerebros, la generalización de la figura del semiprofesional que, aparte, tiene que trabajar, además de la reducción significativa de fichajes para cuadrar la caja. En verano, la incorporación de nuevas estrellas a los equipos de fútbol se redujo un 65%, según un informe de Prime Time Sport. Sólo se gastaron 128 millones de euros.En lo financiero, la crisis ha llevado a muchos clubes a declarar concurso de acreedores, a desaparecer, a verse afectados por un ERE (cinco futbolistas del Hércules han abierto la veda) o, en el mejor de los casos, a acumular grandes deudas.El caso más significativo de la morosidad deportiva lo escribe el fútbol.Aunque Cardenal insiste en que esta tendencia se ha frenado, la deuda acumulada sólo por los equipos de primera es de 3.822 millones, según Gay de Liébana. Únicamente a Hacienda le deben 673 millones. La Liga trabaja en regular las arcas de los clubes y la UEFA ya ha tomado su primera medida: retener el pago de los premios en metálico a 23 equipos europeos mientras investiga sus deudas.Entre ellos están el Atlético de Madrid y el Málaga. "Es esperanzador pensar que los clubes se van a ver obligados a hacer un saneamiento real", se felicita el responsable del Center for Sport Business Management del IESE, Sandalio Gómez.¿Por dónde pasa el futuro? ¿Y la solución?Todos coinciden en que hay que reinventarse. Y aportan sus recetas. Domínguez ve básico ajustar salarios, apostar por la cantera y cuidar más el producto y al aficionado. Lacasa, que pide ayudas fiscales al patrocinio y mecenazgo, cree clave una buena "triangulación" entre profesionalización, búsqueda de recursos y aprovechamiento de los medios de comunicación. Gómez incide en necesidad de profesionalizar el patrocinio y Sáez ve imprescindible la formación integral del deportista.¿Y Begoña? La medallista olímpica también tiene su fórmula. "Tenemos que demostrar que estamos ahí a pesar del poco apoyo económico, ganar y dejar claro que si confían en nosotros, respondemos", defiende apasionada. "Pusimos nuestro granito en Londres en forma de medalla", dice orgullosa con la esperanza de que el metal vuelva a brillar en su tierra...

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