¿Por qué los entrenadores que han fracasado vuelven a tener equipo?

    • En los movimientos de banquillos siempre suelen estar implicados los mismo protagonistas, en la red se ha ironizado este hecho con el 'Suena Míchel'.
    • Conocer la casa, actuar como revulsivo o costarle poco al club son algunas de las claves de los técnicos para conseguir un nuevo trabajo.

Este será el verano con mayor cantidad de movimientos en los banquillos, sin embargo para casi todos ellos suenan los mismos nombres de cada verano. Hay muchos entrenadores en el mundo pero una y otra vez se apuesta por las caras más conocidas pese a que algunos de ellos han cosechado fracasos en su etapa anterior

El 'Suena Míchel' que inunda las redes sociales, a modo de broma, tras cada despido un entrenador es una de las constataciones de que entre los clubes tienen una cantidad muy limitada de nombres por la que apostar. En el mundo laboral un trabajador despedido sufre para encontrar un nuevo puesto, mientras que en el de los técnicos es casi un mero trámite colocarse en la órbita de algún equipo, ¿por qué ocurre con tanta facilidad en el fútbol?

Miedo a apostar por un desconocido. En otros tiempo no era raro que la mayoría de entrenadores fuesen técnicos extranjeros o con poca experiencia en el las categorías superiores. Hoy en días sucede justo lo contrario. Los casos de Guardiola y Vilanova son excepciones a esta regla que se ha instaurado en los últimos años. Los equipos españoles apuestan ahora por entrenadores preferentemente del país, con experiencia en la máxima categoría, que hayan destacado en segunda y que tengan un estilo propio y reconocible.

Conocen la casa a la que van. No es raro que entrenadores que en algún momento han formado parte de un club, ya sea dirigiendo la categoría inferiores o como jugadores, vuelvan a ese mismo equipo tras un periplo de formación. Que un entrenador sepa cuáles son los valores de un club, cómo trabaja la secretaría técnica y el lugar que ocupa el club por su historia es algo que se valora muy positivamente para contratar al encargado de dirigir el equipo.

Su método de trabajo concuerda con la filosofía del club. Determinados equipos tienen o buscan una determinada forma de jugar y apuestan decididamente por entrenadores que concuerdan con el estilo que aspiran alcanzar.

Tienen un coste bajo. Los entrenadores que están en activo y consiguiendo grandes triunfos suelen tener un caché elevado y además una cláusula de rescisión, por lo que solo están al alcance de los equipos más grandes. Los equipos modestos contratan entrenadores que se han quedado en el paro por cuestiones principalmente económicas.

Tienen fama de revulsivo. Cuando un equipo bordea las posiciones de descenso o está en una dinámica muy mala los clubes saben que pueden apostar por un perfil de entrenador muy acostumbrado a sacar equipos de atascos. Excelentes motivadores, capaces de hacer parecer totalmente diferentes a los equipos que se encuentran. Estos entrenadores tienen una dificultad pasmosa para encadenar buenas temporadas cuando cogen a un equipo desde el principio.

Se intentan evitar los proyectos largos. Los técnicos tienen cada vez más difícil afrontar un proyecto de larga duración, pues en los tiempos actuales los clubes quieren resultados inmediato. La frágil economía del fútbol hace que se tiendan a hacer contratos por una única temporada, si algo sale mal la indemnización económica que tendrán que pagar será mucho menor.

Los clubes intentan recuperar viejas glorias. Entrenadores que en algún momento de su carrera han tenido un pico de éxito siempre son bien recibidos en algún club. Los mandatarios siempre confían en que el momento en el que vuelva a despegar la carrera de uno de estos técnicos coincida con el tiempo en el que están en el banquillo de sus clubes.

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