Promesas de menos de 16 años, y tratadas como estrellas

Hoteles de cuatro estrellas, autobuses de lujo: las competiciones para las futuras estrellas del balón, como el torneo internacional de Montaigu (Francia), para menores de 16 años, suscitan la polémica por el excesivo mimo y celo con el que se educa cuida a las jóvenes promesas.

Unas condiciones que no siempre son consideradas como positivas para el desarrollo personal del menor. "Cuando ves las condiciones a esa edad, comprendes lo que pasa cuando son mayores", constata Michel Allemand, presidente del torneo de Montaigu, cuya 44ª edición comenzó el martes y se desarrollará hasta el próximo lunes. Un torneo que enfrenta a ocho selecciones nacionales sub-16 (Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Perú, Marruecos, Irlanda y Rusia).

"En 44 años ha pasado de jugadores alojados en colegios, a hoteles de cuatro estrellas. Los ingleses, por ejemplo, insisten en dormir en un cuatro estrellas", revela Allemand.

La delegación brasileña, por su parte, envió a un emisario para dar el visto bueno a las instalaciones. "La Federación brasileña nos pidió también que fuéramos a buscar a los jugadores a París con un autobús de alta gama. Hizo falta incluso enviarles fotos del autobús. ¡Es inverosímil con 16 años!", se lamenta el organizador.

La calidad del césped es también minuciosamente observada por los responsables de los equipos, pendientes de que la superficie no pueda causar lesiones a los jugadores.

Por ello, la mayoría de los terrenos de juego en los que se disputan los partidos han sido especialmente atendidos durante todo el año. Algunos han tenido que cambiar todo el césped, con un coste de 100.000 euros.

Unas medidas de confort que según los responsables de las selecciones, están destinadas a mejorar el rendimiento de los chicos.

"No es necesario demasiado confort. Hace falta que las condiciones sean buenas, pero sin caer en el lujo. Desde el momento en que el jugador está en las mejores condiciones, tenemos el derecho a esperar lo mejor de él", señala por su parte Lionel Rouxel, seleccionador del combinado de Francia sub-16.

Para la edición de 2016 un nuevo temor ha hecho acto de presencia: el estado de urgencia sobre el país galo ha hecho que se refuercen las medidas de seguridad, sobre todo en los partidos que disputen Rusia y Marruecos, considerados de alto riesgo.

Siete agentes realizarán los controles a la entrada de los estadios.

La respuesta a estas costosas exigencias es una obligación para la competición si desea mantener su prestigio, aseguran los organizadores, que se valen para ello de los apoyos de los patrocinadore públicos y privados.

"Es un evento que genera importantes beneficios directos, y además, en temporada baja", confía un dirigente de la asociación local de hosteleros, que estima en 2.000 el número de habitaciones ocupadas durante la semana de la competición. Un dato que se refiere sólo a los equipos y a sus cuerpos técnicos, y que aumentaría a 3.000 si se incluyen los familiares de los jóvenes, los ojeadores y los agentes de representación de los futuros Paul Pogba o Cristiano Ronaldo.

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