Real Madrid y Barcelona se unen para dar un tirón de orejas a Villar por la gira africana

Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha conseguido poner de acuerdo al Real Madrid y al Barcelona, algo que es noticia y que no tiene que pasar desapercibido porque la unión de estos dos grandes clubes, en defensa de sus intereses, le deja en una situación delicada. Tanto Florentino Pérez como Sandro Rosell se llevan las manos a la cabeza y reprochan la última decisión de Villar. La gira africana que ha hecho la selección para jugar en Guinea Ecuatorial y Sudáfrica les ha parecido un disparate.

A Ángel María Villar le han dado un tirón de orejas ambos clubes. Cada uno a su manera. Primero fue Sandro Rosell que, en un acto público en Sevilla y con la presencia del presidente de la Federación Española de Fútbol, no se pudo contener con su reprimenda. "Si no lo digo reviento. Permítame la broma, pero si no quiere dar la vuelta al mundo no pasa nada. Nos quedamos todos aquí tranquilamente. La selección, la próxima vez, que juegue más cerca", dijo el presidente del Barcelona con un tono irónico y con una mueca que no ocultaba su queja.

Al malestar de Rosell le ha seguido el de Carlo Ancelotti que, evidentemente, está en sintonía con el malestar que tiene Florentino Pérez. "Creo que la decisión de los partidos de España no fue buena porque los jugadores han dormido tres noches en el avión. Por suerte no hemos tenido problema. Una mejor organización puede ayudar a los equipos a evitar lesiones", sentenció el entrenador italiano.

El Barcelona se siente perjudicado con la lesión de Víctor Valdés. Y en el Real Madrid no se han quitado el susto que les dio Xabi Alonso cuando se retiró cojeando en el partido contra Guinea Ecuatorial en Malabo. Pudo ser grave y se habría unido a la lesión de Khedira. Ambos clubes culpan a Villar de esta gira a dos países en los que los jugadores se han descuidado por la cantidad de horas de vuelo, la falta de descanso, la poca calidad de entrenamientos y el riesgo de haberse enfrentado a dos rivales que, pese a ser partidos amistosos, pusieron en riesgo la salud de los nuestros. Sobre todo en Guinea Ecuatorial, en un partido en el que la superficie era irregular, dura e impropia para jugar al fútbol.

Hasta los internacionales españoles se han quejado, en privado, de esta gira en la que sólo encontraron el motivo sentimental de volver a revivir en Johannesburgo la final de la Copa del Mundo lograda en 2010. Bueno para el álbum de recuerdos, pero malísimo para una preparación física. Al margen de fotos con la Copa del Mundo en el césped del Soccer City, el resto del desplazamiento les ha supuesto un desgaste innecesario.

¿Por qué organizó Villar esta gira? ¿A quién ha querido beneficiar?¿Puede sacar algún beneficio con ello? El propio presidente de la RFEF no ha querido contestar a ninguna pregunta estos días. En un acto público en Logroño eludió responder a la presencia de España en Guinea Ecuatorial, cuando organizaciones humanitarias y grupos políticos llegaron a pedir al Gobierno un boicot institucional. Villar dio la callada por respuesta y pasó la pelota a Del Bosque y los jugadores. Un detalle mal visto entre los internacionales.

Estos hechos invitan a una reflexión. La ambiciosa carrera de Ángel María Villar como dirigente del fútbol nacional e internacional no ha llegado a su final. Lleva 24 años como presidente de la RFEF y se posiciona para ser el relevo de Michel Platini, actual presidente de la UEFA, que, a su vez, persigue el objetivo de ostentar el cargo de presidente de la FIFA que ocupa Joseph Blatter. El año 2015 puede ser clave.

¿Está ganando votos Villar en su carrera para ser presidente de la UEFA y obedece a otras órdenes que perjudican a nuestros internacionales? ¿Hay un beneficio propio? Lo cierto es que lleva muchos años en el cargo -desde 1988-, acumula siete elecciones ganadas sin oposición y esto empieza a no estar bien visto por los dos grandes clubes de España.

España ha desperdiciado el parón de selecciones. Ha viajado más que entrenado y ha perdido dos fechas para competir con equipos de mayor nivel. Se podría haber quedado en la Ciudad Deportiva de Las Rozas, como piden Real Madrid y Barcelona, y haber jugado en países más cercanos. Los rivales eran menores y la imagen, tras perder contra Sudáfrica y el lío agotando los cambios e infringiendo las normas, perjudica a la campeona del mundo. Villar, mientras tanto, sigue sin hablar.