Revancha para Murray y ocasión de oro para Federer

  • Con el recuerdo de la última final de Wimbledon aún fresca en la memoria, el suizo Roger Federer y el británico Andy Murray vuelven a citarse en la pista central del All England Club para coronar en Londres 2012 al campeón de los Juegos, dueño del trono olímpico que ocupó hace cuatro años, en Pekín 2008, el español Rafael Nadal.

Londres, 4 ago.- Con el recuerdo de la última final de Wimbledon aún fresca en la memoria, el suizo Roger Federer y el británico Andy Murray vuelven a citarse en la pista central del All England Club para coronar en Londres 2012 al campeón de los Juegos, dueño del trono olímpico que ocupó hace cuatro años, en Pekín 2008, el español Rafael Nadal.

Wimbledon, que puede engrandecer más la leyenda de Federer, concede también una nueva oportunidad a su gran y eterna esperanza local. Murray pretende quitarse de una vez por todas el lastre de perdedor que le acompaña en las grandes citas. Menos Roland Garros, el jugador escocés ha tocado todos los palos. Ha sido finalista del Abierto de Australia en dos ocasiones y murió, también en la orilla del éxito, del Abierto de Estados Unidos y Wimbledon. Cuatro finales de enjundia. Sin éxito.

Una vez tras otra, Novak Djokovic, Rafael Nadal o, como en la última, el propio Federer, le han distanciado de la gloria. Tres semanas después de su última decepción, sobre la hierba de Wimbledon, Londres 2012 le concede la posibilidad de revancha.

El mismo escenario. Los mismos protagonistas. "Después de perder la final Wimbledon, necesitaba algo como esto. Todas las veces que he perdido en una final de Grand Slam he tenido un momento difícil y me ha costado unos meses recuperarme. Pero venir aquí otra vez con la motivación de jugar en los Juegos Olímpicos y con el apoyo que he tenido ha sido toda la motivación que necesitaba", dijo Murray, fortalecido pro su triunfo en semifinales ante el serbio Novak Djokovic.

No es menor el reto para Roger Federer. Pocas cosas le quedan por ganar al mejor tenista de la historia. Junto a la Copa Davis, el oro olímpico en el torneo individual.

Campeón en los Juegos de Pekín 2008 junto a Stanislas Wawrinka en el dobles masculino, pretende ahora acaparar una nueva gloria, esta vez en solitario.

A sus 30 años, vive en Londres su cuarta experiencia olímpica, donde nunca destacó. Perdió el bronce en Sydney 2000. No pasó de la segunda ronda en Atenas 2004 y fue eliminado en cuartos de final en Pekín 2008.

El suizo, sin embargo, ha recuperado su mejor nivel cuando ecos de nuevos tiempos clamaban por un relevo generacional y el entierro del amo de la historia. Ante Juan Martín del Potro, en una semifinal memorable, demostró que hace falta algo más que buen juego para superarle. Mantuvo el tipo sobre la pista de un recinto que le venera. El que le ha convertido en un jugador eterno.

El número uno del mundo puede sumarse a la selecta relación de jugadores que han logrado el llamado Golden Slam, es decir, añadir la medalla de oro a la conquista de los cuatro títulos del Grand Slam. Una mención que solo ostentan, hasta ahora, el estadounidense Andre Agassi, campeón olímpico en Atlanta 1996, y el español Rafael Nadal, triunfador en Pekín 2008.

"Ya es un gran momento en mi vida y un gran momento para Suiza, que no ha ganado aún una medalla. Aquí ya tenemos una asegurada. Espero que inspire a otros atletas suizos para los Juegos Olímpicos", describió Federer, que asume el apoyo masivo del público a su adversario.

"Él tuvo un apoyo increíble de la gente en la final de Wimbledon. Pero pude manejar eso. Pero nunca hay una garantía. No sé hasta qué punto la gente juega en el resultado de un partido. En cualquier caso él es un gran jugador", agregó.

Federer y Murray se han enfrentado en dieciséis ocasiones. El balance está equilibrado, con ocho victorias para cada uno. Sin embargo, el suizo ha ganado los tres últimos duelos. El más reciente, el único sobre hierba, hace tres semanas, en este mismo escenario, donde el número uno del mundo venció en cuatro sets (4-6, 7-5, 6-3 y 6-4.

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