Rienda se entrena en la montaña donde se rompió la rodilla

Rienda, con 35 años la esquiadora más veterana del circuito, padeció en noviembre de 2006, mientras se entrenaba en Loveland, la temible 'tríada' (rotura de ligamento lateral interno, cruzado anterior y menisco) en la rodilla derecha, justo dos años antes de romperse el cruzado anterior de la izquierda disputando el gigante de Copa del Mundo de Aspen, donde en 2005 obtuvo, por contra, el tercero de sus triunfos en esa competición.

Por eso a Rienda -cinco veces olímpica- le sobrevienen estos días sensaciones contradictorias. Después de su temporada triunfal, la 2005-2006, en la que obtuvo cuatro victorias, que elevaron a seis el récord español en Copa del Mundo (Blanca Fernández Ochoa había logrado cuatro) y en la que sólo le faltó poner la guinda en los Juegos de Turín (Italia) -en los que fue decimotercera en un gigante en el que partía favorita-, llegaron, casi seguidas, las lesiones.

Ambos accidentes la mantuvieron apartada durante más de tres años de las pistas, justo cuando se encontraba en la cima mundial en su disciplina, el gigante -modalidad en la que ha logrado todos sus éxitos-, impidiendo de esta forma que el palmarés de la andaluza sea aún más brillante.

Rienda, que ya se había vuelto a entrenar en Loveland, justo antes de sufrir su segunda lesión, en Aspen, en 2008, también guarda, por contra, buenos recuerdos de esta estación. Tras haber vencido la campaña anterior en Are (Suecia) y Lenzerheide (Suiza) logró allí su tercera victoria, el 10 de diciembre de 2005, en una prueba que ganó por delante de la sueca Anja Paerson y la austriaca Kathrin Zettel.

Sin embargo, afirma no percibir nada extraordinario en su nuevo periplo norteamericano. "No siento nada especial. Aquí me pasaron cosas malas, pero en Aspen también celebré una victoria y en Loveland he hecho entrenamientos muy buenos", declaró, en conversación telefónica con EFE desde Dillon (Colorado), donde tiene instalado su cuartel general, Rienda. "Prácticamente no me acuerdo de las lesiones, eso es algo que me recordáis los periodistas", recalcó.

Prefiere olvidar sus lesiones

"Hace dos años también estuvimos aquí. Y, además, tampoco dejo que lleguen esos recuerdos. Lo de las lesiones me lo recuerda la gente. Yo prefiero no recordarlo. Sólo pienso en entrenar lo mejor posible", explicó a Efe la granadina, que mañana, jueves, partirá hacia Aspen, donde el sábado, disputará su segunda prueba del año, después de la de Soelden (Austria), el pasado octubre. Las féminas disputarán ese día un gigante y al siguiente un eslalon -en el que no competirá Rienda-, mientras que la Copa del Mundo masculina se reanudará en Lake Louise (Canadá), donde el sábado se corre un descenso y el domingo, un supergigante.

"Los primeros días cayó algo de nieve y tuvimos que limpiar el trazado, pero, en líneas generales, hemos encontrado buenas condiciones en Loveland. Hay más nieve que otros años", indicó Rienda, que la pasada temporada no logró clasificarse para la segunda manga en ninguna de las pruebas en las que participó y se tuvo que conformar con entrar en el selecto club de los 'penta-olímpicos' al competir en los Juegos de Vancouver (Canadá).

"El objetivo en Aspen será el mismo que en Soelden: clasificarnos para la segunda manga. Si sale mejor, genial; y si no, pues nada. Pero hay que pasar por ahí", comentó a Efe Rienda, que mantiene una permanente actitud positiva. "Yo soy optimista, pero luego las cosas te tienen que salir. El trabajo (que efectúa a las órdenes del italiano Valter Ronconi, con la ayuda de la fisioterapeuta suiza Karin Arnold y el 'skiman' italiano Giusepe Gianera) está saliendo. Estamos contentos, pero nos queda mucho. En ello estamos", declaró la andaluza, que recordó de nuevo la jornada de su victoria en Aspen.

"Ya han pasado algunos años", bromeó la esquiadora de Sierra Nevada. "Pero todos los recuerdos de ese día son geniales. Todas las cosas salían de forma muy fácil. Estaba en el mejor momento de mi carrera deportiva", señaló a Efe Rienda.