Rivera asegura que la lesión de ligamentos de rodilla no acabará su carrera

  • El carácter luchador y persistente del cerrador estelar panameño Mariano Rivera, de los Yanquis de Nueva York, surgió con más fuerza que nunca al manifestar que la grave lesión de ligamentos y menisco que sufrió el jueves en su pierna derecha no será el final de su brillante carrera como profesional.

Redacción Deportes EEUU, 4 may.- El carácter luchador y persistente del cerrador estelar panameño Mariano Rivera, de los Yanquis de Nueva York, surgió con más fuerza que nunca al manifestar que la grave lesión de ligamentos y menisco que sufrió el jueves en su pierna derecha no será el final de su brillante carrera como profesional.

"Regreso. Pueden escribirlo en letras grandes", declaró Rivera a los periodistas que cubren al equipo de los Yanquis en la serie que disputan en Kansas City. "No voy a irme de esta manera".

Rivera, de 42 años, sufrió un desgarro del ligamento cruzado anterior y del menisco de su rodilla derecha luego de caer en mala posición mientras jugaba defensa durante la práctica de bateo del jueves en la noche.

El veterano lanzador declaró que tomó la decisión de regresar el jueves en la noche luego de hablar con el cirujano David Altchek, el mismo que en el 2008 lo operó del hombro derecho.

"No puedo irme así", declaró Rivera. "Debo darme la oportunidad de irme ayudando a mi equipo, que ese ha sido siempre mi filosofía desde que llegue a la franquicia de los Yanquis".

Rivera comentó que Altchek le dijo que podría regresar en un periodo de tres a cinco meses.

El taponero panameño, líder de todos los tiempos en salvamentos con 608, es un ganador de cinco ediciones de la Serie Mundial y 12 veces elegido al Juego de las Estrellas.

Rivera se lesionó cuando corrió hacia el muro de los jardines, en busca de un elevado, como lo había hecho en las prácticas de bateo numerosas veces durante dos décadas, con una alegría casi infantil.

Pero lo que durante tanto tiempo había sido algo normal, alegre y válido para su preparación física, esta vez todo cambió y el mejor cerrador en la historia de las Grandes Ligas no controló bien los pasos laterales hacia atrás, perdió el equilibrio y como consecuencia una grave lesión de rodilla.

Rivera pisó mal en la tierra de la franja de advertencia. La rodilla se le dobló antes de que el taponero se estrellara contra el muro.

El entrenador de los relevistas de los Yanquis, Mike Harkey, fue el primero en llegar al lugar donde estaba Rivera, y pidió a quienes estaban en la cueva que acudieran para ayudar al lanzador.

Por su parte, el piloto Joe Girardi había observado la escena desde detrás de la caja de bateo y corrió por la línea de la antesala, hacia el relevista lesionado.

"Por la forma en que cayó, lo primero que pensé fue que se había roto un ligamento", recordó hoy Girardi. "Lo que me temí sucedió, pero Mo (Rivera) es muy especial y tiene claro lo que va a hacer".

Rivera es uno de los jugadores más duraderos en la historia de las mayores y es difícil encontrar a alguien a quien no le agrade o no lo respete tanto dentro como fuera del campo, donde siempre se comporta con una clase única.

"Estamos hablando de alguien que hizo algo sin precedentes", comentó el capitán de los Yanquis, Derek Jeter. "Por lo tanto cualquier decisión que tome hay que aceptarse porqué además será la mejor para el equipo".

Jeter recordó que Rivera lleva "más de 20 años" atrapando elevados en los jardines, y el torpedero indicó que nunca pensó que el cerrador se pudiera lastimar haciéndolo.

"Esa es su manera de mantenerse en forma. Siempre está fildeando elevado", señaló Jeter. "De todas formas, parece un jardinero central. Fue algo extraño, no hay otra forma de explicarlo".

Girardi también defendió la decisión de Rivera de atrapar elevados en la práctica de bateo, y destacó que el relevista no ha estado en la lista de lesionados desde 2003 y por lo tanto tiene un gran margen para conseguir su recuperación.

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