Rosell pasa el examen asambleario con nota pero ante una platea casi vacía

  • El presidente del Barcelona, Sandro Rosell, ha pasado con nota el examen que anualmente la asamblea de compromisarios somete a la junta directiva azulgrana, aunque en esta ocasión la platea del Palau Blaugrana, a pesar de estar entregada a los gestores del club, estuvo casi vacía.

Barcelona, 5 oct.- El presidente del Barcelona, Sandro Rosell, ha pasado con nota el examen que anualmente la asamblea de compromisarios somete a la junta directiva azulgrana, aunque en esta ocasión la platea del Palau Blaugrana, a pesar de estar entregada a los gestores del club, estuvo casi vacía.

Citados para la asamblea 4.333 socios, al final el Palau no reunió ni a 600 compromisarios en el momento de mayor asistencia, quienes avalaron sin fisuras las cuentas de la junta, tanto las que cerraban el ejercicio anterior, con un beneficio de 32 millones, como las del presente ejercicio, con un presupuesto de 508'5 millones de euros y una previsión de superávit de 35 millones.

La situación deportiva, con el Barça en lo alto de clasificación y firme en Europa, ha propiciado que la asamblea ordinaria no haya tenido ninguna estridencia, ni siquiera en el punto más álgido de la reunión, como era la reforma de lo estatutos, que a pesar de haber creado un gran debate en la platea, al final han sido votado favorablemente con más de dos tercios de los asistentes.

En la votación, con una asistencia de 431 compromisarios, dos menos que cuando cinco horas antes arrancó la asamblea, la junta necesitaba dos tercios para aprobar las nuevas leyes azulgrana: 320 votaron a favor, 65 en contra y 35 en blanco, por lo que los estatutos quedaron aprobados.

Así, a partir de hoy, los estatutos del Barça contienen un nuevo redactado, cuya modificación más importante es que las futuras juntas directivas no podrán cerrar los estados financieros con pérdidas, ya que se exponen a ser destituidos fulminantemente.

Con esta nueva reglamentación, si una directiva cierra un ejercicio con pérdidas, podrá repararlas como mucho en las dos siguientes temporadas, igualando y superando con un superávit el déficit declarado. En caso de no conseguirlo, la junta deberá cesar en sus funciones y se deberían convocar elecciones.

Otra de las grandes reformas ha sido referente al voto de censura, que establece a partir de hoy que quien promueva una censura contra algún miembro de la junta directiva deberá reunir el 15% de avales entre socios, en lugar de los cinco que contemplaba los estatutos anteriores.

La junta directiva ha pretendido que con los nuevos estatutos el socio y compromisario tenga la última palabra, reforzada en dos tercios en las votaciones, sobre asuntos de máxima relevancia, como por ejemplo el nombre del estadio, publicidad en la camiseta, la reforma de estatutos y otros aspectos relevantes.

Los nuevos estatutos fijan un techo de deuda que lo marcará uno de los indicadores financieros de moda, como es el EBITDA, que es la cifra de negocio, antes de impuestos, amortizaciones, intereses y depreciaciones. El Barcelona establece que a partir del 2016, la deuda no podrá ser superior a dos veces el EBITDA.

Antes de que los compromisarios votasen la reforma estatutaria, poco después de las nueve de la noche, la asamblea dio por buenos todos los números presentados por la junta de Sandro Rosell, quien en su informe que abrió la asamblea motivó interrupciones por aplausos de la platea, dos promovidos por él.

En el cierre del ejercicio de la temporada anterior, con un superávit de 32 millones de euros, sobre un presupuesto final de 491 millones, 523 votos fueron favorables, mientras 13 fueron en blanco y lo rechazado 12.

Igual de contundente fue la respuesta para avalar las cuentas del presente curso, con 508'5 millones de euros de presupuesto, con una previsión de superávit de 35'7 millones de euros. Así, 511 socios avalaron el presupuesto de este año, mientras que el voto en contra lo levantaron 12 socios y en blanco hubo 19 socios.

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