Ruth Beitia, segunda y última esperanza del atletismo español

  • Una vez más, la saltadora de altura Ruth Beitia, que cumplió ya los 36 años, vuelve a ilusionar al atletismo español en una gran cita, ahora en el Mundial de Pekín, donde el jueves buscará la final, después de haber sido hasta ahora una de las mejores de la temporada.

La suya es la única medalla en la que confía España en lo que queda de Pekín-2015, para sumarla al gran éxito del oro de Miguel Ángel López el pasado domingo en los 20 kilómetros marcha.

Rara es la gran competición en la que Beitia no consigue subir al podio y en su impresionante colección de medallas falta un oro mundial, el objetivo con el que llegó a la capital china, consciente de que es capaz de aspirar a lo máximo.

Los 2,00 metros que le sirvieron para ganar en mayo en la reunión de la Liga de Diamante de Roma le permiten llegar al Mundial como la segunda mejor del año, igualada con la rusa Maria Kuchina y sólo superada por otra rusa, Anna Chicherova, que superó los 2,03 metros en Lausana el pasado mes.

La igualdad, como en las anteriores temporadas, parece la nota dominante y los pronósticos son muy arriesgados en una prueba donde todo parece posible. Los Mundiales al aire libre se le han resistido tradicionalmente a la saltadora española de 1,91 metros, pero hace dos años pudo conseguir en Moscú-2013 su primera medalla, un bronce que le supo a oro.

"Es un regalazo a estas alturas de mi carrera. Mi primera medalla en un Mundial al aire libre. ¿Qué puedo decir? Que estoy feliz", declaró entonces en el estadio Luzhniki.

En Mundiales en pista cubierta su cosecha ha sido mayor, con una plata (Doha-2010) y dos bronces (Moscú-2006 y Sopot-2014).

Donde Beitia ha conseguido brillar especialmente en los últimos años ha sido en los Europeos, donde lleva tres oros consecutivos, al aire libre en Helsinki-2012 y Zúrich-2014, y en sala en Gotemburgo-2013. Esos éxitos de los últimos años avalan la candidatura de la capitana de la delegación española a pelear por lo máximo.

Después de cada medalla, Beitia siempre da las gracias al que considera "el 50% de todos los éxitos", su entrenador Ramón Torralba.

"A veces nos hemos caído, pero luego hemos salido reforzados. Cada vez que he conseguido una medalla me he saltado el protocolo y he ido a abrazarle", explicó el pasado mes en una conferencia ante sus vecinos de Cantabria (norte), región en cuyo Parlamento es además diputada por el Partido Popular (conservador).

La segunda juventud que parece estar viviendo Beitia estuvo a punto de no darse, ya que sus planes iniciales eran retirarse después de los Juegos Olímpicos de Londres-2012, donde finalizó cuarta, con un diploma olímpico y la amargura de no poder lograr un metal.

Esa frustración de la capital británica y el buen estado en el que se encontraba le animaron a continuar y Beitia apunta ya a culminar el ciclo olímpico que le debería llevar hasta los Juegos de Rio-2016.

Allí tendrá como desafío conseguir su primera medalla olímpica y ahora en Pekín intentará llegar a esa gran cita brasileña como vigente campeona del mundo.

dr/pm

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