Santos-Barcelona: Xavi marca goles... y las diferencias

No había pasado un cuarto de hora y el Barcelona ya había demostrado que su final del Mundial ante el Santos iba a ser un monólogo azulgrana. Messi y Tiago habían aparecido, pero faltaba el director de la orquesta azulgrana para completar el círculo.

Xavi se salió. Jugó como siempre, es decir, casi perfecto. Dirigió a su equipo, hizo jugar a los suyos, dio los pases que sus compañeros necesitaban y, lo que es más importante, hizo mejores aún a sus compañeros.

Messi abrió el marcador en el minuto 15 tras un pase estratosférico del mediocentro azulgrana, que vio el movimiento del argentino entre líneas y mandó un pase imposible a la espalda de la defensa brasileña para que Leo certificara en el electrónico el dominio culé.

Menos de diez minutos después, y en pleno festival azulgrana, el propio Xavi hacía el 0-2 después de un jugadón de Dani Alves (espectacular también toda la noche) que el cerebro del Barça remató desde la frontal fuerte y raso para que Cabral no pudiera hacer nada.

No participó directamente en el 0-3 de Cesc antes del descanso, ni en el 0-4 de Messi en la segunda parte, pero fue el timón de un equipo que volvió a mantener la posesión del balón por encima del 70 por ciento, lo que hace casi imposible a los rivales que puedan hacerles daño. Si, además, el contrario se encierra en el área como hizo el Santos de salida con tres centrales y el planteamiento de un equipo pequeño que visita el Camp Nou, es demasiada ventaja para un equipo que ya de por sí no la necesita.

Fue un festival en toda regla. Es más que posible que Messi vuelva a ganar el Balón de Oro, pero será una injusticia que Xavi se retire sin tener uno en su palmarés. En el Mundial de Clubes lo volvió a demostrar. Se conformó con el trofeo al segundo mejor jugador del campeonato, seguramente lo mismo que le pase dentro de 15 días cuando se conozca la votación final del Balón de Oro.