Ser voluntario olímpico, una pasión transmitida de generación en generación

  • Gemma Blanco fue voluntaria olímpica en Barcelona'92 y ansía serlo nuevamente en Madrid 2020, pero, en este caso, no lo quiere hacer sola y sueña con repetir la experiencia junto a su hijo Alejandro, que tiene once años y cumplirá dieciocho ese año.

Nacho Pacho

Madrid, 10 ago.- Gemma Blanco fue voluntaria olímpica en Barcelona'92 y ansía serlo nuevamente en Madrid 2020, pero, en este caso, no lo quiere hacer sola y sueña con repetir la experiencia junto a su hijo Alejandro, que tiene once años y cumplirá dieciocho ese año.

Cuando falta ya menos de un mes para saber si los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) eligen el 7 de septiembre a Madrid como sede de los Juegos Olímpicos, la candidatura madrileña está a punto de alcanzar los 50.000 voluntarios, lo que demostraría el apoyo popular al movimiento olímpico de la capital de España.

La semana pasada, los voluntarios de Madrid 2020 comenzaron una campaña para lograr esta cifra a través de las redes sociales con la etiqueta #HazteVoluntarioMADRID2020, que ha contado con el apoyo, entre otros, del exatleta Fermín Cacho y la jugadora de baloncesto Amaya Valdemoro.

Reclutar voluntarios es precisamente a lo que Gemma Blanco se dedica y recuerda perfectamente cómo ella misma se convirtió en una de las colaboradoras de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

"Todo comenzó cuando tenía trece años. Alguien vino a mi colegio a dar una charla y a animarnos para hacernos voluntarios olímpicos. No lo dudé ni un segundo y me inscribí", señala.

Según ella, la experiencia fue "tan positiva y enriquecedora" que ahora ha transmitido esa pasión olímpica a su hijo Alejandro.

Ataviada con la equipación de Cobi, la mascota de los Juegos de Barcelona, Gemma promueve reuniones de los coordinadores de voluntarios en el colegio de su hijo para dar charlas y animar a los chicos a sumarse a la candidatura madrileña.

"Esta generación, que ahora tiene once y doce años, es la ideal para contagiarles la ilusión de ser voluntarios y hacerles sentir el compromiso de ofrecer su trabajo y esfuerzo en beneficio de su ciudad y su país", explica la madre de Alejandro.

Elena Acaz también lleva el olimpismo en la sangre desde el año 1990, cuando fundó en Navarra la primera asociación de España de voluntarios olímpicos y, posteriormente, acudió a los Juegos de Barcelona.

Desde entonces, la Asociación de Voluntarios Olímpicos de Navarra ha apoyado las distintas candidaturas olímpicas de Madrid, explica a Efe Elena, quien dice que tienen "muchísimas ilusiones" de que esta vez la capital española sea la elegida por el COI.

"Madrid se lo merece. Ya es hora", asegura la presidenta de esta asociación de voluntarios, que cuenta con 75 miembros y organizará una fiesta el 7 de septiembre para seguir en directo la elección del COI, con la creación de un cóctel olímpico para la ocasión.

Elena destaca que la formación de los voluntarios es muy importante "para dar una buena imagen", por eso organizan cursos de protocolo, habilidades de comunicación, primeros auxilios o evacuación de pabellones, entre otras disciplinas.

La recepción a "la familia olímpica" es otra de las tareas de las que se encargan los voluntarios y es lo que Cristina Aleu hizo el año pasado en Londres.

Cristina, que ha estudiado Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, califica esta experiencia de "genial" y, por eso, ahora es voluntaria de Madrid 2020.

"Yo creo que esta vez sí, que ya toca. Estoy preparándome ya, porque es seguro", vaticina en declaraciones a Efe.

Y no en unos juegos, sino en dos, ha sido voluntario Daniel de la Nogal, que formó parte de Atenas 2004 y Turín 2006.

"Mi pasión por el deporte y mi devoción por los Juegos olímpicos desde que vi en la tele los Juegos de Barcelona'92 me llevaron a apuntarme de voluntario", comenta De la Nogal.

Los que deseen convertirse en voluntarios olímpicos sólo tienen que rellenar un formulario en la web www.madrid2020.es.

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