Serena Williams, un tormento en la pista con predilección por el rosa

  • Londres.- Una figura de 175 centímetros y puro músculo, siempre adornada con largos pendientes y uñas esmaltadas, esconde un auténtico tormento llamado Serena Williams, una diseñadora que elige el color rosa y aficionada al fútbol que se proclamó hoy por cuarta vez campeona de Wimbledon.

La estadounidense Serena Williams, campeona de Wimbledon por cuarta vez
La estadounidense Serena Williams, campeona de Wimbledon por cuarta vez

Londres.- Una figura de 175 centímetros y puro músculo, siempre adornada con largos pendientes y uñas esmaltadas, esconde un auténtico tormento llamado Serena Williams, una diseñadora que elige el color rosa y aficionada al fútbol que se proclamó hoy por cuarta vez campeona de Wimbledon.

A sus 28 años, la estadounidense levantó este sábado su décimo tercer título de un Gran Slam y demostró en su sexta final en el All England Club que aún puede dar mucha guerra.

Nacida un 26 de septiembre de 1981 en Saginaw, un pequeño pueblo de 56.000 habitantes ubicado en el estado de Michigan (EEUU), Serena creció con su principal modelo en casa, su hermana Venus, quien le saca sólo quince meses y se ha convertido durante la última década en su principal compañera -en dobles- y rival del circuito.

Como preparador y consejero tuvo desde muy pequeña a su padre Richard, presente hoy en las gradas y entrenador profesional de niños, al que no le había funcionado su táctica con los mayores de sus hijos.

Fue él quien la indujo a dar sus primeros pasos en este deporte y colocó una raqueta en sus manos a los cuatro años, cuando la familia ya se había mudado a Compton (California, EEUU), una ciudad conocida por la violencia de sus calles.

Los entrenamientos y la pasión de Serena continuaría también en West Palm Beach (Florida, EEUU), donde aterrizó a los nueve años con toda la familia y su juego comenzó a tomar forma.

Usuaria reconocida de algunos de los últimos éxitos tecnológicos como "Twitter" o "Facebook" -, Serena luce un tren inferior y superior tremendamente potente, visible por la anchura de sus piernas y el diámetro de sus bíceps, que sirven a menudo como primer plano a las cámaras que siguen sus partidos.

Con sus 68 kilogramos, el servicio es su mejor arma, aprendida y perfeccionada en las sesiones de entrenamiento con su padre, siempre interrumpidas por largas charlas con su hermana.

En las siete rondas superadas en esta última edición de Wimbledon ha logrado 89 "aces", más de lo que nunca ella se hubiera imaginado porque según confesó al recoger el trofeo no sabe por qué está sirviendo "así de bien".

Además, con su saque ha llegado a alcanzar en el torneo londinense los 201 kilómetros por hora, frente a su última rival, la rusa Vera Zvonareva, que llegó a los 175.

Con su victoria de hoy, la menor de las hermanas Williams acumula ya 37 títulos en su carrera, trece de ellos de Grand Slam, unas marcas que le han servido además para hacerse merecedora de tres Laureus (2003 y 2010 a la mejor deportista, y 2007 al mejor regreso a la competición).

Pese a ello, Williams evita el exceso de confianza en la pista, algo que según sus recientes confesiones sólo le ha ocurrido una vez y le jugó una mala pasada, con la estadounidense Monica Seles, de origen serbio.

Profesional desde el año 1995, los mayores éxitos de Serena comenzaron en 1999, año en que ganó su primer título del Abierto de Estados Unidos -los demás llegarían en 2002 y en 2008- y en el que incluso llegó a solicitar poder jugar contra hombres.

La estadounidense es toda una especialista en el Abierto de Australia, donde este año sumó su quinto trofeo a los conseguidos en 2003, 2005, 2007 y 2009. Cuenta además con cuatro títulos de Wimbledon (2002, 2003, 2009 y 2010) y también tiene un Roland Garros en su currículum, conseguido en 2002.

Tanto ella como su hermana se han centrado durante la última década en las grandes citas, lo que le ha permitido a Serena situarse en el primer puesto de la clasificación WTA, en manos de la rusa Dinara Safina en estas mismas fechas del año pasado, y a su hermana afianzarse en el número dos.

No obstante, su nombre no comenzó a destacar en el circuito hasta tres años después de hacerse profesional -en 1995- y sus primeros éxitos llegaron de la mano de Max Mirnyi, con quien formaba pareja para dobles mixtos cuando ganó en esa categoría el Grand Slam de Wimbledon y el Abierto de EEUU, en 1998.

Entre los mayores nombres a los que se ha enfrentado y ha ganado se encuentran el de Amelie Mauresmo, Martina Hingis, ex número uno mundial, y el de su propia hermana-, así como el de la serbia Jelena Jankovic.

Antes de adjudicarse hoy el millón de libras con el que premia a cada campeón de individuales esta 124 edición del torneo, la mejor tenista del momento había ingresado más de 31 millones de dólares, unos 25.000 millones de euros, sin contar con sus ganancias derivadas de compromisos publicitarios y similares.

Sin embargo, entre sus aficiones esta deportista y millonaria nombra las que cualquier ciudadano de a pie: ver partidos de fútbol, películas, series televisivas como "Mujeres Desesperadas" y hablar por teléfono.

Es habitual verla colaborar en proyectos solidarios, especialmente destinados al desarrollo de países africanos, donde tiene su origen y a menudo acude para presenciar la inauguración de una escuela o iniciativas similares.

Llama la atención su vocación por el diseño, empujado por su popular imagen, que la llevó a crear su propia marca de moda, "Aneres", una combinación de letras correspondiente a su nombre cuando se pronuncia al revés.

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