Sin Cesc, el Barcelona gana pero no enamora

El fútbol de toque del Barcelona tiene dos caras. Cuando hayideas y velocidad, es una delicia para los espectadores, para los aficionadosal fútbol. Pero cuando se produce el atasco… Llega el tostón. El partido de ElMolinón lo fue porque hubo un equipo, el Sporting, que no podía, y otro, elBarcelona, que echó de menos a Cesc Fàbregas.El ex jugador del Arsenal se había convertido en una piezaclave en el equipo de José Guardiola, un jugador que le daba una velocidadextra al fútbol de alta escuela del Barcelona. Encima, su rentabilidad setraducía en números muy contundentes: entre goles y asistencias, habíaparticipado de forma decisiva en un tercio de los goles del equipo culé en laLiga (7 de 22 hasta el partido en Gijón).La lesión de Cesc, unida a la de Andrés Iniesta, dejaba alBarcelona cojo de un tipo de futbolista muy necesario en su esquema. ThiagoAlcántara tiene una clase enorme y una magnífica progresión, pero todavía lefalta un puntito, sobre todo ante rivales como el Sporting que se cierranatrás. No pudo darle al juego una velocidad extra ni supo encontrar huecos a laespalda de los defensas rivales. Messi echó muchísimo de menos a su mejor socio esta temporada.

Preciado planteó el partido para cortocircuitar el fútbolofensivo de su rival y lo logró, pero el equipo rojiblanco jugó también casitodo el partido con el peso del gol de Adriano en el minuto 11 de la primeraparte. Con la desventaja en el marcador no le servía sólo apelotonar hombres yachicar los espacios por el centro. Necesitaba algo más, atacar, y ahí se viola diferencia de presupuesto abismal entre los dos clubes. El Barça no tenía al lesionadoCesc, pero el Sporting tampoco un futbolista con ideas para intentar lograr el empate.