Sin goles también hay paraíso

  • El Real Madrid vive instalado en la duda perpetua. Ha bastado otro empate a cero en la Liga, éste ante el Levante, para que parte de la afición mire con recelo los números del equipo. Que el juego está lejos de ser el esperado es una evidencia, pero además las estadísticas tampoco se ponen de parte de José Mourinho, con peores registros que su antecesor. El técnico portugués sigue sin inmutarse. Él sabe mejor que nadie que sin goles también hay paraíso, sobre todo si son en contra.
Mourinho: "Por no marcar hemos perdido cuatro puntos"
Mourinho: "Por no marcar hemos perdido cuatro puntos"
Jorge Ramírez Orsikowsky

A estas alturas del pasado campeonato de Liga, el Real Madrid había ganado los cinco partidos, había marcado 16 goles y recibido dos, y ocupaba la primera posición de la tabla. El conjunto de Concha Espinaacaba de perder el liderato, tiene 11 puntos, ha cedido dos empates fuera del Bernabéu y lleva 6 tantos a favor y sólo uno en contra. Las matemáticas indican que el cambio de entrenador ha sido un error, pero The Special One, como llaman a Mourinho en Inglaterra, tiene un as en la manga al que no puede hacer frente Manuel Pellegrini.

Da igual cómo empiecen los equipos de Mou: al final, los resultados llegan, y con ellos los títulos. Por eso se le ha fichado. En su anterior club, el Inter de Milán, empezó la campaña 2008-09, la de su llegada, con tres victorias, un empate y una derrota jugando como visitante ante el Milan. Marco siete goles y recibió sólo dos. Un gol más que en el actual Madrid tanto a favor como en contra. Entraron una Supercopa de Italia y una Liga a las vitrinas interistas.

Al año siguiente, la historia por todos conocida: Mourinho y el Inter lograron el triplete (Liga, Champions y Copa). El comienzo fue mejor, con cuatro triunfos, unas tablas, 12 goles y sólo tres recibidos. Como constantemente ha recordado este entrenador, en su segunda temporada consigue los mejores resultados, cuando el equipo ya tiene asimilado su sistema.

El Chelsea, un equipo ganador con Mourinho

En Inglaterra, The Special One hizo como Julio César; llegó, vio y venció. Temporada 2004-05: 13 puntos de 15 posibles, seis goles a favor por dos en contra. Números muy parecidos a los del Madrid este año. Al final, conquistó la Premier y la Curling Cup. Y en la Champions, sólo un gol fantasma le alejó de la final. Un año después, en su segunda temporada, arrasó en el inicio del torneo de la regularidad. Pleno de victorias y 10 dianas por ninguna en contra. El palmarés del Chelsea creció con otra Premier y una Comunity Shield.

En la siguiente campaña, la tercera, no logró la Liga. El Chelsea quedó segundo en un torneo en el que cosechó cuatro victorias y una derrota al principio. Nueve tantos lograron sus jugadores y dos los rivales. A pesar de ganar la FA Cup y otra Copa de la Liga, el divorcio con su presidente, el multimillonario ruso Roman Abramovich, ya era evidente. No llegaba la ansiada Champions, y eso jugó en su contra. Aguantó en el banquillo del club de Stamford Bridge seis jornadas en la siguiente campaña, con tres victorias, dos empates y una derrota. Siete tantos marcados y seis recibidos, sus peores cifras en el banquillo de un equipo puntero.


Convierte al Oporto en un grande de Europa

Antes de asombrar en dos de las Ligas más poderosas, Mourinho entrenó en su país. Allí empezó a forjarse su imagen de hombre casado con el éxito. Al Oporto llegó a mediados de la temporada 2001-02, sin tiempo para cambiar las cosas y pelear por el título.

La temporada siguiente, su equipo empezó con un empate y luego cuatro victorias seguidas. Nueve goles a favor por tres en contra. En la quinta jornada se puso líder y ya no perdió ese puesto hasta el final. Liga, Copa, Supercopa de Portugal. En casa lo ganó todo y fuera, la Copa de la UEFA.

Su siguiente año en el Oporto fue todavía mejor. Mismos resultados al inicio (cuatro triunfos y un empate), 12 y tres goles. En cuanto a las copas, los Dragones conquistaron Liga, Supercopa y Champions.

En la carrera de Mou, sólo hay tres temporadas sin títulos. Una, la comentada en la que abandonó el Chelsea. Otras dos, las de sus orígenes en Portugal. Llegó al Benfica en la cuarta jornada de la campaña 2000-01 después de la destitución de Jupp Heynckes, y se marchó nueve partidos después tras el cambio de presidente. La siguiente temporada la empezó en el modesto Unión Liria, al que dejó cuarto antes de fichar por el Oporto a mitad de campeonato.

El gran reto junto a La Castellana

El Real Madrid es un club donde se magnifica todo. Mourinho ya lo ha comprobado. Quizá sea la hora de que Florentino Pérez apueste definitivamente por un entrenador. No lo hizo con Pellegrini, cuyos números en Liga fueron sensacionales, porque las vitrinas no recibieron ningún trofeo, aparte de algunas derrotas muy dolorosas. Con Mou, los números posiblemente serán peores, pero las posibilidades de ganar algo al final están ahí. Sólo hay que mirar el palmarés del técnico.

Por otra parte, lo normal es que la falta de puntería de Cristiano Ronaldo, Higuaín y compañía termine algún día. Es muy difícil que el equipo mantenga el actual promedio de efectividad: 105 disparos a puerta para sólo seis goles, un triste 5,7% que le deja como el peor equipo de la Liga.

En cambio, en el aspecto defensivo es el mejor equipo del campeonato. Casillas apenas tiene trabajo y el equipo sólo ha recibido un tanto. Tan importante es marcar goles como no recibirlos, y Mourinho siempre ha tenido muy claro eso, dando muchísima importancia a la labor defensiva, pero sin desatender el ataque.

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