Sorpresa en la gimnasia rítmica: Cae el 'ángel' Kudryavtseva, pero el título se queda en Rusia

La gimnasta rusa Margarita Mamun dio la sorpresa este sábado y se hizo con el oro del concurso individual de gimnasia rítmica en los Juegos de Rio-2016, superando a su compatriota, y gran favorita, Yana Kudryavtseva, a la que un error con las mazas le quitó un título que ya saboreaba.

La tricampeona mundial se llevó la plata, mientras que la ucraniana Ganna Rizatdinova fue bronce.

Mamun, de 20 años, no sólo consiguió subir a la cima del podio en sus primeros Juegos, sino que lo hizo superando por fin a su compañera en el concurso general, después de haber sido segunda en los dos últimos campeonatos del Mundo.

"Ganar la medalla de oro ha sido bastante inesperado para mí porque en todas las competiciones como las de hoy, Yana ganaba", aseguró la vencedora, todavía asimilando su triunfo.

"Me sorprendí mucho de que cometiera un error así, porque ella está siempre muy concentrada, tranquila y nunca está nerviosa", añadió.

Gran potencia de este deporte que entró a formar parte del programa olímpico en Los Ángeles-1984, Rusia suma así su quinto oro individual consecutivo.

La competición seguía el guión marcado hasta la tercera rotación de la tarde. Kudryavtseva, a quien se le conoce en los tapices como el 'ángel de las alas de hierro' por su cóctel perfecto de precisión, delicadeza y resistencia, había estado impecable con el aro y la pelota. Encaramada a la primera plaza desde el comienzo, el triunfo de esta elegante y gélida atleta de 18 años parecía cuestión de tiempo.

Hasta que llegó la traición de quien menos lo esperaba. Una maza, aparato del que es también tricampeona mundial, se le escapó al final del ejercicio y, con ella, un título olímpico que llevaba su nombre.

Consciente de la intolerancia a los fallos de un deporte tan rígido como la gimnasia rítmica, Yana salió descompuesta del tapiz y rompió a llorar junto a su entrenadora. Acabó quinta entre las diez participantes en el ejercicio de mazas, un vuelo sorprendentemente bajo para el 'ángel'.

"Todo pasó muy rápido y no conseguí una forma veloz de solventar el error. Por eso perdí la maza", reflexionó después.

El pasional homenaje a Queen con el que la poderosa Mamun había abierto la rotación y que le había valido una elevadísima nota, se convirtió de repente en el mejor y en la llave hacia un oro tan merecido como inesperado. Como si fuera una premonición, su presentación acababa con un signo de la victoria lanzado al aire con el corte de la música. Aunque, por entonces, nadie podía sospechar que iba a ganar el título.

Pese a que Kudryavtseva echó mano de su sangre fría, se maquilló el disgusto y arrasó en el último ejercicio de cinta, donde volvió a ser perfecta y a llevarse la mayor calificación, no fue suficiente para remontar a su compatriota, que no falló ante una oportunidad histórica.

El 'ángel' había caído.

Muchas de las ovaciones de la tarde, sin embargo, se las llevó la española Carolina Rodríguez, octava, que se despidió de los tapices mundiales con la misma pasión con la que construyó una carrera brillante e improbable. Tanto como retirarse a los 30 años desde su primera final individual después de tres Juegos, convertida en la competidora más vieja jamás vista en un tapiz olímpico.

La partida soñada de Carolina, con diploma incluido, no fue la única gran noticia de la jornada para la gimnasia rítmica española, que en la mañana había clasificado a su conjunto para la final del domingo con la mejor nota de la ronda.

Pero entre la ilusión de repetir el histórico oro de Atlanta-1996 y las chicas ibéricas, desterradas del podio desde hace 16 años, volverá a estar Rusia, dueña y señora de los cuatro títulos olímpicos que se repartieron desde entonces.

Un imperio que nunca nadie osó atacar.

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