Tour 2010. Hushovd se alza con la tercera etapa y Cancellara recupera el liderato

  • El ciclista noruego Thor Hushovd (Cervélo) se adjudicó la tercera etapa del Tour de Francia, discurrida entre Wanze y Arenberg Porte du Hainaut sobre 207 kilómetros, en una jornada en la que los favoritos entraron fragmentados y en la que se volvió a vestir de amarillo el suizo Fabian Cancellara (Saxo Bank) en sustitución del francés Sylvain Chavanel (Quick Step).
EFE

Hushovd, de 32 años y campeón de Noruega, se soldó a la rueda deCancellara en el momento que el suizo arrancó la moto al mando delSaxo Bank, con Andy Schleck a su lado, y en un esprint entre seiscorredores impuso su fuerza final. Pasó la meta con un tiempo de4h.49.38, en una jornada rápida que marcó una media de 44 kms/hora.

El campeón de Noruega se impuso por delante del británico GeraintThomas (Sky) y del australiano Cadel Evans (BMC), compañeros de unviaje que completaron el canadiense Ryder Hesjedal (Garmin),Cancellara y el menor de los Schleck, triunfadores de la jornada.

El rejonazo del Saxo Bank afectó a Alberto Contador, que conproblemas en una rueda acabó "contento dentro de lo que cabe" a 1.13del ganador y de Andy y Evans, rivales directos por el primerescalón del podio en París. Peor le fue a Lance Armstrong, que tuvola desgracia de pinchar y llegó a 2.08 minutos, junto a SamuelSánchez y poco después que Luis León Sánchez.

No hubo "carnicería" en el mar de adoquines del norte francés,tal vez una fina charcutería en la que Cancellara, esta vez sinmontar paros, aunque hubo caídas, recuperó el jersey amarillo.Geraint Thomas es segundo a 23 segundos y tercero Cadel Evans, elcampeón mundial que se adaptó bien al pavés, a 39.

Sylvain Chavanel no resistió la prueba, y además también sufriópinchazos. La gloria le duró un día al francés. Andy Schleck se aupóa la sexta plaza a 1,09 minutos. Quién se lo iba a decir. Un díaantes pudo quedar eliminado si no es por la "gestión solidaria" deCancellara. Contador se desplazó a la novena plaza a 1.40 del lídery a 29 de Andy. Armstrong se aleja a la decimoctava a 50 segundosdel madrileño y 2.30 del líder.

Siete corredores lanzaron la carrera del miedo, la más esperadade la primera semana, camino de la "carnicería" que vaticinó díasantes Lance Armstrong. Se apuntaron Hesjedal (Garmin), Brutt(Katusha), Kluge (Milram), Rolland (Bouygues), Erviti (Caissed'Epargne), Auge (Cofidis) y Cummings (Sky). De todos ellos sóloErviti y Kluge habían temblado en alguna ocasión en el pavés de laParís Roubaix, en el caso del pamplonés hasta 4 ocasiones.

No hizo falta llegar a la zona pedregosa para empezar a contarlas caídas. En el kilómetro 113 a alguno se les ocurrió subirse a unbordillo y al volver a la carretera aterrizaron como pudieron. Elfrancés Lelay se fue directamente a casa, y el español Dani Morenosiguió magullado. Entonces los escapados se entendían de formagenerosa, y por detrás el Quick Step tomó las riendas del grupo paraque le desventaja no pasara de los 3 minutos. Todo atado.

Ormeignies (km 128), el primer tramo adoquinado, de apenas 400metros, sirvió de ensayo general. El Garmin y el Sky pasaron a lacabeza del pelotón, con el Radioshack de Armstrong ojo avizor.Nerviosismo fugaz.

Otra historia fue en el siguiente sector, Hollain (Km 169, 1.200metros), donde los escapados pasaron con 1.20 minutos de ventajasobre un pelotón gobernado por el Saxo Bank, que imponía un ritmoinsoportable. Había comenzado la guerra de colocación. En una zonacementada algunos se incrustaron contra los setos del borde de lacalzada, como el italiano Damiano Cunego, abonado fijo a las caídas.

Se terminó la calma a 50 kilómetros de meta, tocaba bailar ladanza del adoquín. Los hombres de Cancellara, doble rey de laParís-Roubaix y cabecilla del plante en la víspera, enseguidafracturaron el pelotón en varios grupos. Los favoritos delante, conlas orejas tiesas, pendientes del posible latigazo del Saxo Bank, odel Cervélo de Carlos Sastre, que para eso llevan en sus filas alpotente noruego Thor Hushov.

Armstrong veía de cerca cualquier maniobra, siempre acompañadopor sus chicos, como él dice. Cerca, Contador, los Schleck, CadelEvans, todos los favoritos. Ninguno de ellos dejó de inspeccionar laetapa la pasada primavera. Había algo más que respeto por la etapaque tomó prestados 13 kilómetros de pavés al "infierno del norte".Todos bien pertrechados para la ocasión: ruedas con más radios yruedas menos hinchadas para disminuir el impacto con la piedra,tubulares más anchos, y sobre todo muchas preguntas a los grandesexpertos en clásicas.

El paso por Sars-et-Rosières (Km 185, 2.400 metros de pavés)enseñó las uñas con toda virulencia. El Saxo Bank perdió a FrankSchleck en el fragor de la batalla. El campeón luxemburgués quedótendido en la polvorienta cuneta mientras Cancellara y Andy Schleck,con Evans, Hushovd y Geraint Thomas dirigían el tren en cabeza sinArmstrong, en un segundo grupo con diez corredores 42 segundos y sinContador, en un tercero a 1.45. De la fuga inicial sólo quedaba elcanadiense Hesjedal.

Destrozo a la vista. El oleaje de adoquines trituraba a los menosfuertes. Armstrong pinchó y tuvo que dejarse la piel en lapersecución, por el asfalto y por el prado, que de eso tieneexperiencia en el Tour. El contratiempo permitió a Contador, en ungrupo con Denis Menchov, adelantar al texano, con un minuto deventaja a 10 kilómetros de meta.

Hesjedal fue cazado a 7 kilómetros de meta, superado la últimadificultad adoquinada, en Haveluy (2.300 mts.). Cancellara circulabaa 38 segundos del grupo de Cancellara y Armstrong a 1.50, sumergidoen una monumental polvareda, en un esfuerzo solitario. Sin equipopara montar la carnicería.

"Espartaco" se empeñó de hacer buena la escapada y en recuperarel maillot amarillo. Esta vez el suizo no mandó parar a nadie.Encendió el motor de clasicómano para llegar al antiguo pobladominero de Arenberg y discutir la victoria al esprint con sus cuatrocompañeros de escapada. En la localidad donde se rodó "Germinal", lapelícula basada en la novela de Emile Zola donde se refleja larevuelta minera, no hubo revolución en el Tour, pero sí algo más queuna protesta. Sin Cancellara en el guión. Hushovd fue la estrella.Se apuntó su octava etapa en el Tour y ya apunta hacia su tercermaillot verde.

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